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EL GRAN HER-RÂ Y LA PRIMERA
ASAMBLEA
"[...] ¿Qué es esta forma de realizar un veredicto por tu cuenta? Dios insistió: "Qué Thot conste los cartuchos de Horus y le coloque la corona blanca en la cabeza!" Pero el Señor del universo estuvo en silencio durante un largo rato, irritado contra la Enéada. Seth, hijo de Nut, declaró entonces: "Que se vaya conmigo. Voy a hacerle ver que la fuerza de mi mano prevalece en su mano, en presencia de la Enéada, pues no se puede invocar ninguna disposición legal para despedirle." Pero Thot objetó: "No nos reímos por la mentira, es a Seth a quien le damos la función de Osiris ahora que su hijo Horus está presente? Re-Horakhty entró en cólera, y, como la fuerza en Seth es grande, es al hijo de Nut, a quien Ra quería dar esta función. Onuris lamentó en voz alta ante la Enéada, diciendo: "Qué vamos a hacer?" Entonces Atum, el Gran Magistrado quien se encontraba en Heliopolis, dijo: "Envíen a llamar a Banebdjed, el gran dios viviente, para que arbitre sobre estos dos jóvenes" (9).
Papiro de Chester Beatty I, Tebas, 20° dinastía (alrededor de 1160 aC.)
¿Dónde estaba? ¿Dónde
podía encontrarlo? En el dominio austral, en Aria (Antártida) o en
A'amenptah (Atlantis), o por E-Dilmun? La ira que me había invadido no parecía disminuir
en modo alguno. Engañado, ella me había mistificado como un principiante!
Geghu se dirigió
hacia el oeste, hacia A'amenptah y sus últimos rayos de sol que son filtrados
por nubes oscuras. Mi mayor debe encontrarse aquí; aquí es a donde se
establece. Nunca había estado tan lejos, mis movimientos están
restringidos a todo el País de la Luz hasta Sti (Nubia) y a sobrevolar el
Iuter-A'a (Nilo). Yo estaba ciertamente preocupado por Meri, pero no me
importaba en ese momento. El cielo estaba cubierto de nuevo y la lluvia
descendió de las nubes. Bajo mis pies, las regiones del norte de Kankala
(África) estaban llenas de ríos crecidos por las aguas del cielo y de las
montañas. Prácticamente ninguna mina de Nebu (oro) se
encuentra en estas vastas áreas. Nuestras operaciones se concentran principalmente
en Sti y en el corazón de Kankala. Mi padre poseía minas en el continente de Tuwakadsi.
[[1]] Estas están ocultas, y no se utilizan por ahora. Algunos
depósitos de oro también se encontraron en A'amenptah (Atlantis), en sus días
de gloria.
Crucé las playas
de arena que bordean el gran océano del Oeste. Geghu
pasó rasante cerca las olas y sus luces iluminaron el oleaje. Yo
estaba sobre Sekhet-Hetep (el campo de la paz), un rico territorio agrícola de
Kankala que una vez emergió, el cual se mezcla estrechamente con Yu-Hetep (Isla
de la Paz). La isla de Yu-He (Isla de combate), que era un
puesto militar, ya no existe, se hundió junto con las demás. Detrás
de ella, estaban los pilares de Nut, estos también, hundidos. Mucho
más allá del océano estaba el dominio real de mis padres: Yu-Shut (la isla del
huevo), que se derrumbó sobre sí misma... Ella
y muchas otras no han resistido la prueba del Benu Celestial. Los
restos de A'amenptah aparecieron en mi pantalla principal: surgieron las
cumbres de Yu-Hetep (Isla de la Paz), Yu-Neserser (isla del fuego), Yu-Titi
(Isla de pisoteo) y el resto del archipiélago del sudoeste que sigue en pie. Yu-Titi
también representó un puesto militar; está rodeada por Yu-He (Isla de combate)
y la divina Yu-Hetep (Isla de la Paz). El montículo de mi mayor, Yu-Ra (isla de Ra), se
encuentra detrás de Yu-Hetep. En el archipiélago se refugiaron algunas familias
de sobrevivientes humanos. Her-Ra los llama "los salvajes". Evita
el contacto con ellos. Los restos de la valerosa A'amenptah se
concentraron en Yu-Ra que está en trabajo perpetuo. La
reconstrucción es lenta y dolorosa.
Geghu pasó en
silencio las pálidas murallas de Yu-Ra, la isla soberana. Esta
es una isla bastante tranquila. Sus orillas son seguras debido al gran número de
seres humanos que tratan de incursionar en campos del Neter (dios) Ra. Djehuti
me reveló que los mortales por lo general navegaban las islas de Yu-Hetep y
Yu-Titi en las que ya no queda ningún Neteru (dioses), debido al pasaje del
Benu Celestial y luego a la gran migración hacia Kemet.
Mis luces se
apagaron, por lo que mi nave se tornó invisible. Me
posé a la distancia, en medio de un gran parque lleno de aromas embriagadores. Las
linternas bailaron al ritmo del viento. El
jardín fue invadido por la bruma. El momento no era el adecuado para disfrutar del
paisaje. Impulsado por un viento persistente, la espuma del
vasto océano me abofeteó la cara. Estaba frío y bajo una lluvia torrencial cuando me
acerqué a la casa de mi mayor. Se
suponía que algunos guardias deberían
estar en su turno de servicio, pero los soldados parecían más ocupados con la
bebida y bromeando, que protegiendo las paredes del santuario. De
todos modos, ¿quién puede atreverse a entrar aquí, sin el riesgo de perder la
vida?
El palacio
interior de Her-Ra (Horus el viejo) está recubierto con una fina capa de Nebu
(de oro) y tiene altas columnas que combinan turquesa y topacio. Dos
guardias con lanzas intercambiaron una pequeña charla en la planta baja. Circulé
bajo sus narices; mientras los dormité brevemente a través de mi Niama (fuerza
vital), justo el tiempo para pasar y alejarme. En
sus clases particulares, Djehuti (Thot) me había revelado que el gran Ra tenía
sus aposentos en el segundo nivel. Subí las escaleras sin hacer ruido. Me
encontré con otro guardia que no podía eludir. Le
corté la cabeza con mi Uatch. Él nunca me vio venir. La
cabeza tirada en el suelo no era la de un Shemsu-Ra, sino la de un Kingu. No
hay duda de que era un esclavo. Un esclavo Kingu-Babbar (realeza-albino), aquí
armado? Extraño!
Inmediatamente
enfundé mi cristal con el fin de no revelar mi presencia a Ra, que posee
también, la energía omnipotente. Me metí en las habitaciones del hijo de Nut sin
hacer ruido. Algunas lámparas ardían tenuemente en la penumbra e
iluminaron el suelo pavimentado de azulejos de colores blancos y turquesas. En
lo profundo de los apartamentos resonó un arpa con una melodía monótona: era
una noche tranquila, un momento favorable para "llegar al otro lado."
Recorrí el piso
de los apartamentos principescos. El nivel se beneficiaba con una serie de pequeños
arcos que permitían atravesar la luz cuando era de día. Finalmente
lo encontré. Her-Ra estaba tendido en el baño, perdido en una habitación enorme. Con
la cara hacia al techo, dormía tranquilamente. ¿Cuántas
veces le había visto? Diez o doce veces. En
cada vez, él me causo una fuerte impresión; su constitución, su mirada, a la
vez suave y aguda. Nosotros no nos cruzamos desde que fui a una misión
en los cielos y que yo apoyé ilegalmente el desplazamiento de sus tropas. A
veces me da sus instrucciones por radio. Otras
veces, sigue siendo desesperadamente silencioso. Él
me pone a prueba antes de oficializar mi entrada a su fuerza aérea.
Ra es el hijo de
mi abuela Nut y posee los genes de mi padre Sa'am. Es
un mestizo y su genotipo completo es desconocido. Lleva
genes Abgal, aunque de tipo mixto Sukkal. Mi
abuela Nut es su creadora. Ella lo habría creado artificialmente como un niño. La
tradición afirma que creció muy rápidamente. Her-Ra
es también Babbar (albino) como yo, y yo siempre quería ser como él...
Saqué a Uatch de
su funda. La hoja comenzó a rugir silenciosamente en la
habitación como una manifestación terrible e intensa. Her-Ra
tuvo tiempo de escuchar mi formidable arma y de verme. En
un gesto desesperado, arrancó del fondo de la sala una espada con la Niama (la
fuerza vital). El arma giró en el aire y finalmente aterrizó en la palma de su
mano. La hoja del Uatch sonaba fuertemente en el
resplandor brillante. La espada de mi oponente era de Ba'al-en-Pet
(hierro del cielo), el único metal que puede empujar el calor de un Gírkù. Her
se levantó bruscamente, listo para responder de nuevo a mi ataque. Aprovechando
el estupor de mi mayor, di un golpeé sordo, de la manera en que Nebet-Hut
(Neftis) me enseñó durante mis lecciones de combate.
Her no tenía
ningún recurso. Apenas había dejado la bañera se vio acorralado
contra la pared, con los pies resbaladizos y el brazo entumecido. "Por
la Fuente, mi hermano, ¿qué quieres? Tu eres el ganador" me dijo desanimado. Una
leve sonrisa se dibujó en su rostro, porque parecía estupefacto por semejante
osadía. Mi arma estaba debajo de su cuello.
- Comprendo bien
tu engaño y el de mi madre. Has jugado bien con nosotros, le contesté. ¿Cuánto
hace que visitas sus muslos sin nuestro conocimiento?
Él asombró se reflejó en sus ojos.
Él asombró se reflejó en sus ojos.
- Nekhen (joven)!
¿Quién te informó tal cosa?
-Ya no me puedes
engañar. Meri se transforma en Babbar (albina) delante de
nuestras narices. Eso sólo puede venir de ti!
- Yo no soy el
que tú piensas. Deja tu arma, mi pequeño hermano, y discutiremos
con calma.
Al verme dudar, Her-Ra dijo: "No tienes elección." De pronto sentí un objeto punzante en mi cuello. Una voz femenina resonó detrás de mí: "¿Está todo bien mis hijos?"
Al verme dudar, Her-Ra dijo: "No tienes elección." De pronto sentí un objeto punzante en mi cuello. Una voz femenina resonó detrás de mí: "¿Está todo bien mis hijos?"
- Sí, todo está
bien. El valiente Heru, hijo de Meri, está entre
nosotros. Nos va a dar la satisfacción de bajar su arma,
sentarse y conversar con sus anfitriones, que le concederán la hospitalidad
digna de un gran soberano.
Yo había
derrotado al gran Ra y tuve mi compensación. Yo
ya estaba lo suficientemente orgulloso de mí mismo como para soportar el resto. Me
volví para ver a la mujer que me había amenazado con su arma por detrás. Vi
una cara que parecía familiar, sin poder identificarla. "Cálmate, mi
hijo, yo no te haré daño, no está en mis habilidades", me dijo con
calma. Yo estaba aturdido.
Uatch tomó su lugar en mi cinturón. Este
sentimiento de conocer ese rostro sin poder darle un nombre equivocado me puso
incómodo. Mi mayor se vistió y parecía contento de verme tan
confundido.
- No pareces
conocer a esta Nebet (sacerdotisa). No te preocupes. No
la recuerdas, porque todavía no la habías conocido hasta la fecha. Viene
de lejos, de muy lejos...
La sacerdotisa parecía digna. Inmediatamente observé que ella tenía los dedos palmeados. Su mirada reveló sus ojos de un tono azafrán, despiertos y brillantes. Una sabiduría interior parecía habitar este pequeño cuerpo, ligeramente más grande que el de Meri (la amada). Llevaba un vestido de lino blanco que abrazaba sus muslos, ajustado a su cintura por un cinturón de Nebu (oro).
La sacerdotisa parecía digna. Inmediatamente observé que ella tenía los dedos palmeados. Su mirada reveló sus ojos de un tono azafrán, despiertos y brillantes. Una sabiduría interior parecía habitar este pequeño cuerpo, ligeramente más grande que el de Meri (la amada). Llevaba un vestido de lino blanco que abrazaba sus muslos, ajustado a su cintura por un cinturón de Nebu (oro).
- ¿No es ella
formidable? me preguntó.
- Yo... Si,
sin duda ...
Yo sólo estaba
observando a esta criatura, ella era tan encantadora. Her-Ra
probablemente quería desviar la conversación. Yo
se lo remarqué. La sacerdotisa lo presionó para hacerme saber la
verdad.
- Piensa otra
vez, respondió el gran Ra. Esta Nebet tiene un papel importante en esto que me
acusas, ya que no es otra que tu abuela Nut (Nammu).
Yo estaba aturdido e incapaz de formular una palabra. Nut, Nammu, la grande, la madre de mis padres Meri-Aset y Sa'am-Asar, estaba frente a mí aunque ella había muerto hacía muchos años. Era una tontería, esto es lo que expresé:
Yo estaba aturdido e incapaz de formular una palabra. Nut, Nammu, la grande, la madre de mis padres Meri-Aset y Sa'am-Asar, estaba frente a mí aunque ella había muerto hacía muchos años. Era una tontería, esto es lo que expresé:
- ¡Imposible! La
gran Nut paso al otro lado hace mucho tiempo. Nadie
pudo recuperarla. Su hija Meri y Serkit (Ninmah) no tenían sus genes.
Nut nunca se depositó en la biblioteca de nuestra
raza. Ella no quería que juguemos un día con sus genes.
- Marcha en paz,
mi hermano, me dijo Ra. Eso es exactamente correcto. Yo
era el único que las tenía. Yo se las había robado a sus espaldas, ya que, como
tú dices, ella nunca lo habría aceptado en vida.
Miré la cara de
Nut. Sus ojos aterciopelados acunaron tiernamente mi
mirada y parecían recordarme sentimientos enterrados. Su
frente estaba ligeramente arrugada, y parecía acentuar su mirada atormentada. ¿Por
qué un nuevo misterio rodeaba la presencia de Nut? ¿Era
realmente ella, o estaba tratando con una simple copia, sin la esencia
original? Yo estaba agotado de todas estas historias, todas
esas mentiras, estos secretos grotescos. Una
mano se posó sobre mi frente, me dejé caer pesadamente en una almohada grande
que se extendía a todo lo largo de un asiento de madera exótico.
- ¿Qué es esto,
una nueva prueba? Me rindo!
Creo que me dormí
profundamente con estas palabras. Todavía puedo escuchar en mi cabeza la voz de Nut
diciendo: "Descansa, mi hijo." Mi
sueño era pesado, habían pasado algunos días que no había dormido.
Cuando me
desperté, Nebet-Hut (Neftis) estaba a los pies de la cama donde me habían
depositado. Cuatro guardias de Meri estaban detrás de ella. Nebet-Hut
estaba vestida con un traje oscuro de combate, con bandas con corazas de metal. Su
cabello negro profundo estaba atado y cubierto de flores de color turquesa
cosidas con hilos de plata.
- Tu madre está
colérica! Ella no se va a retrasar. Mejor
que no te encuentre en la cama! Es un largo día que atender, pequeño príncipe, y no
quiero que faltes a tu entrenamiento como ayer y los días anteriores. Toma
esto!
Nebet Hut me dio
una espada y me hizo señas para que la siguiera. Dos
de los cuatro guardias me sacaron mecánicamente de la cama. Lo
hacían tan a menudo! Me dejé arrastrar fuera de mi cama, y mi espada
cayó al suelo. La hermana de Meri me estaba esperando en la
terraza de la habitación. Apenas llegue a ponerme delante de ella, su arma
hendió el aire y cayó precisamente en el hierro de mi espada. Mi
espada sonó y comenzó a vibrar dolorosamente. "¿No te dije que
levantaras la guardia? Tu oponente no tendrá piedad en el campo de
batalla", me grito con sequedad. Nebet-Hut
tiene la capacidad de irritarme al extremo. La
forma de subestimarme cuando tiene un arma en la mano dice mucho sobre su
carácter. Los cuatro guardias del Gigal se colocaron a lo
largo de la pared y observaron nuestra lucha con interés, por no decir con
regocijo.
- ¿Qué hace mi
Meri? Le pregunté al tiempo que respondía a sus ataques.
- Creo que ella
envió a la mitad de su guarnición en tu búsqueda ayer por la tarde y durante la
noche. Afortunadamente Serkit (Ninmah) y Nut (Nammu) se pusieron
en contacto con nosotras. Tu madre está furiosa...
Los golpes de mi
maestra de esgrima se volvieron cada vez más insistentes. Ella
aumentó el ritmo de sus ataques. No hay duda que ella no se atrevió a añadir que
también estaba preocupada.
- Tú sabías que
Nut fue recreada? ¿Por qué no me dijeron nada?
- Aaah Heru,
suspiró, bajando la guardia. Debes hacer las preguntas correctas. ¿Por
qué tu madre es Babbar (albina), joven halcón?
- Porque ella
duerme con Ra; incluso si él afirma lo contrario!
Nebet-Hut rio. Mi
niñera había reanudado los ataques. Observaba sus movimientos mientras que los desviaba
uno por uno. Los choques fueron terribles. Los
guardias se habían puesto nerviosos. La hermana de Meri hizo girar su arma y me obligó a
acercarme a ella. Estábamos cuerpo contra cuerpo, hoja contra hoja. Un
extraño olor provenía de una de sus manos, un olor que hizo girar mi cabeza. El
olor me recordó algo que había respirado hacía poco, pero no podía ser capaz de
determinarlo. Mi tía repentinamente se liberó.
- Eres tan
ingenuo, me gritó ella. La Madre del Trono te ama sólo a ti... Y
ella ama las pociones...
Mi maestra de
armas dio un golpe en mi hoja. La punta de la espada se rompió con el choque. Nebet-Hut
utilizó de repente el Kinsag (telepatía) y su voz invadió mi mente: "Tú
debes venir a verme más a menudo. Estos malditos guardias están siempre tras mis
pies y yo no soy libre de acercarme a ti. Tengo muchos secretos para revelarte si tú lo
quieres".
Me tensé al ver mi arma rota. ¿Meri ama las pociones y las plantas medicinales? Por supuesto, ¿pero cuál era la conexión? Yo le iba a pedir más información cuando se escuchó una voz.
Me tensé al ver mi arma rota. ¿Meri ama las pociones y las plantas medicinales? Por supuesto, ¿pero cuál era la conexión? Yo le iba a pedir más información cuando se escuchó una voz.
- El
entrenamiento finalizó por hoy!
Era el tono que
Meri emplea cuando estaba enojada. Mi madre echó una mirada fría a su hermana. Tengo
la impresión de que acababa de interceptar el mensaje telepático. A
primera vista, podríamos decir que las dos antiguas reinas de A'amenptah tienen
un cierto parentesco. Pero una observación cuidadosa permite revelar que
tienen el mismo perfil. Últimamente, la cara de mi madre estaba
extrañamente apretada, como la de mi tía. Por
otra parte, la gran Aset (Isis) cuenta ahora con su famosa piel Babbar
(albina), que la asemeja más a Nebet-Hut. La
verdadera diferencia está en sus maneras de embellecerse. Mi
madre se maquilla delicadamente, mientras su hermana se pinta en gran medida,
lo que le da un aire severo. Meri estaba regiamente vestida. Llevaba
un vestido blanco cruzándole los senos y ceñido a la cintura con un cinturón
dorado. Pulseras adornaban sus muñecas y una coraza de
bronce sobre el pecho. Ella había pasado un fino polvo de Nebu sobre su
cara y hombros. Estaba divina, como siempre.
Nebet-Hut dejó el
balcón, sin una palabra, sin un gesto de desprecio y sin mirar atrás. Dos
guardias la siguieron y los otros dos se quedaron donde estaban. Desde
una mirada penetrante, mi madre les hizo señas de que salieran de la habitación
para dejarnos en paz.
Aset me miró con
ojos tristes y enojados. Mi escapada prolongada la había sufrido. Parecía,
sólo ahora, que podía darse cuenta de que yo no tenía nada y que todo estaba
bien. Afronté a su mirada, como para no ceder a una forma
de intimidación que a veces parece imponer.
- ¿Cuántas veces
tendré que preocuparme así? ¿Ha decidido volverme loca? Si
ese es tu deseo, lo has logrado.
- Tú piensas que
todavía soy un niño. Descubrí muchos misterios que rodean a mi padre y a
ti. ¿Por qué tantos secretos?
- Los secretos
están a la espera de ser revelados. Tú eres el único que puede hacerlo, pero tengo que
admitir que no lo estás haciendo muy bien. Este
es otro punto en común con tu padre. Como
el niño, que sabe que va a ser
considerada hoy como un adulto, como el heredero de una dinastía inusual. Dado
que tú estás presente en Yu-Ra (isla de Ra) y que una Asamblea se llevara a
cabo en este día, Serkit preguntó a ltemu (An) - a mis espaldas, por supuesto -
si puedes asistir a esta sesión.
- ¡Muy bien!
- Esto no me
agrada porque tenía otros proyectos más atractivos que el de participar en esta
mascarada. Sin embargo, sin cuestionamientos te dejo ir con
estos grandes dementes.
- Tú me halagas
doblemente. Sin embargo, permíteme hacerte esta pregunta: tú
honras la memoria de mi padre, te consideras una digna sucesora de sus obras,
pero destruyes sus informes grabados en Uatch, y dejas solo lo que te convenga. ¿Por
qué? ¿Quién es esta Nut? ¿Es
mi abuela?
- La compañera de
Ra es una pálida copia de la original, nada más. Ella
no es mi madre o tu abuela. Ni más, ni menos. Me
compadezco de ella.
- Parece que
poseías una cola en el pasado; donde está ahora?
- Eso... eso no
es importante...
- Pues si lo es!
- Bueno, ya que
quieres saberlo, me corté el apéndice cuando Asar se castró luego de caer
tontamente en los brazos de Nebet-Hut. Se habían reencontrado en su casa en Nunkiga
(Eridu) en Kalam y él estaba borracho. No hay duda de que ella se había transformado en mí
misma. Somos muy parecidas, eso no fue muy complicado para
ella. En esa época, era solo una historia de fisonomía y
de piel. A Nebet-Hut le encanta cambiar su aspecto sin el
conocimiento de los demás, como a veces lo hace. En
cuanto a Nut, hablo de mi verdadera madre, me había ayudado en el momento de
realizar esta cirugía.
- ¿Para qué?
- Por rabia, por
cólera! Hice como él. Al
castigase así, me había privado de su cuerpo, de nuestra unión. Finalmente,
me sentí tan culpable como él: no habíamos sido lo suficientemente precavidos. Así
que decidí castigarme a mi turno; él se había cortado su "cola", así
que yo me corté la mía. También quería renunciar a la querida Saran que ya
no pertenece a estos tiempos. Como tú comprenderás, Saran era la hija de tu tía
Serkit y yo fui recreada con sus genes. El
gran 'Nki (el verdadero) no lo había notado! En
cualquier caso, tal vez no había querido ver. Mi
renacimiento fue un éxito y eso era todo lo que le importaba. La
ingenuidad de Asar siempre me ha preocupado, pero yo lo amaba así como era. Revisé
todo a sus espaldas, como lo hago contigo. No
tengo mucha confianza en Nebet-Hut, a pesar de sus esfuerzos para mostrarme su
buena fe. Yo sé que ella me va a traicionar al menos una vez
más. Ten cuidado con ella. En
cuanto a la lucha, sus tácticas de guerra, y la información que tiene sobre
nuestros enemigos, podemos escucharla. Ella está suficientemente mezclada con ellos. Ella
se maquilla escandalosamente para ocultar las huellas de su libertinaje
milenario....
En esos momentos,
un poderoso gong sonó por toda la ciudad. Una
multitud se había reunido en el parque del palacio. Los
miembros de la Asamblea divina se habían reunido antes de entrar a la sala de
juntas. Había dejado de llover y el sol finalmente parecía
tratar de levantar el velo nublado. El jardín tenía fragantes flores de color azafrán
que recordaban el astro solar. Meri tomó mi mano y adoptó un paso ligero. Su
ira se había extinguido así como había llegado.
Después de
descender las largas escaleras, nuestros pies caminaron por los pasillos de
piedra que conducen a la sala de juntas. Cuando
llegamos allí, nos dimos cuenta de que éramos los últimos. El
gran ltemu-Ra (An) nos invitó a instalarnos. Su
estatura siempre me impresionó. Estaba vestido con su ineludible vestimenta blanca
y llevaba una estrella en el pecho. Una cabeza desconocida estaba fuera del grupo.
"Es tu tía Neret (Neith-Dim'mege), la que ha educado al Gran Ra"
me dijo mi madre con la Kinsag (telepatía). Neret
me observaba con atención. Posee los genes de la cepa terrestre, el de las
Ama'argi. Esta es una reina con una mirada soberana. Neret
vestía una túnica ocre con un generoso escote amarillo. Tenía
los ojos sombreados con polvo púrpura mezclado con Nebu (oro). He
leído en mi cristal que mi padre había tenido una relación continua con ella en
el momento en que mi madre ya no estaba viva.
La mayoría de los
miembros presentes observaron a Meri con los ojos muy abiertos. ¿Cuánto
tiempo llevaba ella sin asistir a un consejo? Su
tez pálida parecía no ser conocida por todos. Meri
levantó suavemente una pierna al sentarse en su asiento. Nos
colocamos entre Nebet-Hut y Serkit, la soberana de Adinu. Las
dos amantes de los grandes misterios estaban finalmente codo a codo. El
eco lejano que las había asimilado como a hermanas gemelas se había
materializado en un instante. El rey de los Anunnaki comenzó:
- Bueno, esta
sesión comienza ahora. Damos la bienvenida a la llegada de los
prestigiosos dignatarios. Contamos con la asistencia de Aset, la progenitora
del País de la Luz, que se dignó a movilizarse, su hermana real Nebet-Hut,
soberana de Sabba, que la acompaña y finalmente Serkit, la progenitora de las
Anunna, la divina madre de la multitud, la amante de los santos Kedjiu
(vigilantes) ...
- Y etcétera,
etcétera, irónicamente dijo Serkit.
Una risa tímida
se levantó de la asamblea, fue Nebet-Hut. Itemu la miró y continuó:
- Gracias a
Djehuti, el hacedor de milagros, y a Her-Ra, el protector de las dos tierras. Honramos
la presencia divina de Nut resucitada, en el acertadamente llamado País de la
Luz. Gracias también a la excepcional presencia de Neret
(Neith-Dim'mege), la regente del Abzu y la ciudad de Salim. Presto
una atención especial a la excepcional venida de Heru, hijo de Meri, que se
encuentra al lado de su madre. Y para finalizar felicito a los miembros de esta
Asamblea por su gran magnanimidad, así como sus miembros honorarios. La
votación en la que participan todos los miembros dio vida a mis expectativas y
las de mis Kuku (ancestros). El gran Enlil ahora puede unirse a los que están
participando en la Asamblea y recuperar el lugar que se merece.
Ante esto, el
asesino de mi padre, mi enemigo jurado, entró en la habitación y se quedó cerca
de su protector. Era la primera vez que lo veía de verdad! No
puedo describir mis impresiones. Setes-Enlil es al menos tan grande como Djehuti. Es
Babbar (albino) como yo y todos los Nungal. Su
aire provocativo es digno del retrato que hice de él hasta ahora. Un
odio feroz creció progresivamente en mí. Nebet-Hut
me habló internamente a través del Kinsag (telepatía) y me aconsejó
encarecidamente tranquilizarme: "Cálmate, eso es lo que quiere",
me dijo ella. Mi progenitora se inquietó. Los
miembros del Consejo pertenecientes al País de la Luz se animaron gradualmente. De
repente Neret se levantó y lanzó: "¿Una votación? ¿Qué
votación? Ni siquiera estaba al tanto." Djehuti
tomo la palabra:
- Este es un
resultado inesperado y es lamentable que la gran Neret no pueda votar. Consideramos
que Enlil puede recuperar su asiento gracias a los muchos votos de varios
miembros que están fuera de nuestra jurisdicción. Pero
no tan pronto. ¿Estás seguro de los resultados de la votación,
noble ltemu?
- Todo está bien. Puedes
comprobarlo por ti mismo!
Itemu-Ra hizo un gesto. Un repugnante Miminu (gris) trajo una caja cuyo contenido fue repartido en la mesa central.
Itemu-Ra hizo un gesto. Un repugnante Miminu (gris) trajo una caja cuyo contenido fue repartido en la mesa central.
- Es una
vergüenza, un escándalo! Lanzó mi madre que se levantó repentinamente. ¿No
tienes ninguna dignidad?
Enlil se
sorprendió y volvió la cabeza hacia ltemu:
- ¿No soy
bienvenido en este divino foro, gran An? ¿O
debo entender que los votos no valen nada en este país?
- Paz! reanudó
inmediatamente Djehuti . Si en efecto hay un lugar donde no tenemos el
privilegio de peleas, es éste. Los principales miembros de la divina Asamblea
aceptan el veredicto.
- Bien, reanudó
Itemu, la sesión se abre ahora. ¿Cuáles son los temas principales para ser
desarrollados hoy? Ah, sí...
1 -Buscar fondos
para restaurar el canal principal de Ta-Ur (Abydos).
2 -Establecer un
acuerdo para que los límites de Kem-Ur (Mar Rojo) sean accesibles a los
Anunnaki. Este protocolo, con suerte, llevará a la paz
duradera entre nuestros dos pueblos.
3 -Hacer un
balance de la situación de la población de los Abar en Kemet.
4 -Ahora que está
fuera de sospecha, definir los territorios que legítimamente pertenecen a
Enlil, hijo de Asar.
- ¿Qué?! Exclamó
Meri. ¿Enlil de repente es el descendiente de Asar? Negó
la paternidad del hijo del agua durante toda su vida, ¿y ahora que ha asesinado
al santo fundador, quiere legitimar su filiación y obtener sus posesiones? Es
un insulto grosero! El verdadero sucesor de Asar está conmigo. Este
es mi hijo Horus. Lo engendré con el patrimonio genético de Asar. Heru
es el hijo de Asar. Aquí todo el mundo lo sabe!
- Demuéstralo
respondió Itemu-Ra.
- Es inútil hacer
este mal, replicó Serkit levantándose. No hace falta que se enfrente a ti como en el
pasado.
- Alabo tu
benevolencia, Serkit, pero puedo defenderme, lanzó Meri molesta.
Pero Serkit era terca:
Pero Serkit era terca:
- Deja que los
expertos discutan con los gobernantes del Este, mi hija. Estoy
muy sorprendida por esta discusión. Que esta divina Asamblea me perdone, pero voy a
formular esto en idioma Emenita (lenguaje masculino) con el fin de exponer mi
punto a los varones de las regiones del Oriente: Dim'mege, Ninanna y yo misma
hemos asistido a Aset a ejecutar el prodigio. Nosotras
somos las Meskhenut (diosas del nacimiento). La
Merakhti ("pirámide del horizonte''), lo siento, especificó, la Unir (la
pirámide) que llamamos "Bit-Ra-Hem" es el símbolo viviente. Heru
es el hijo de Asar.
- No esperábamos
ese debate, lanzó secamente el soberano de los Anunnaki. Ya
que está presente en esta reunión, que el joven Heru suba y responda a mis
preguntas. ¿De verdad eres el hijo de Asar, el ´Nki (el
verdadero)?
- Sí, lo soy, y
tú eres mi abuelo, noble Itemu.
- Pruébamelo!
- Es muy sencillo,
yo tengo a Uatch, el Gírkù que mi padre llamado "Ugur". Mi
madre Aset me lo delegó. Setes ("como la vergüenza"), él, nunca lo
ha poseído!
-¿Cómo me has
llamado? respondió mi tío. Pronunció
mi nombre en una forma extraña...
- Setes ("el
de las bandas") es un nombre local que expresa su relación con la muerte
del santo fundador, respondió Nut. Este es el nombre que todos le han otorgado por
aquí. Si usted pretende reclamar potestades en Kemet,
deberá conocer la práctica local.
- La duda
permanece. Soy inocente, no maté a mi padre Asar! El
pequeño enano de Meri no pronunció ese nombre en la misma forma que usted,
santa Nammu.
- Comprender
esto, insistió Itemu-Ra. Sus derechos le fueron retirados. Es
el legítimo sucesor de 'Nki.
- Con todo el
respeto que le debemos, respondió Djehuti, su deber es el de permanecer
imparcial en esta Asamblea y no debe tomar partido por nadie.
- Bueno. Heru,
si usted es el hijo de Asar, por qué eres Babbar (albino)? -
preguntó el rey de los Anunnaki.
- Bueno, si Setes
("como la vergüenza") es el hijo de Asar, ¿por qué es Babbar también
cuando el santo fundador no lo era? Le respondí.
- Suficiente,
comprendí el nombre pronunciado por el hijo de Meri, exclamó Enlil-Setes. Esto
es un insulto! ¿Cómo te expresas pequeño enano? Tu
hablas en el idioma local, pero con la pronunciación Emenita (lenguaje
masculino). Sin embargo, nunca ha puesto los pies en Kalam
(Sumeria). Esto es completamente ridículo!
El debate dio un
giro extraño. Nebet-Hut se paró como una estaca y se atrevió a
señalar con el dedo a su ascendente Setes:
- Las santas Meskhenut afirman que este debate debe
continuar sin la intervención de Enlil, el llamado Setes ("el de las
bandas"). Está en juego su honor!
No sé cómo
habríamos tenido que tomar el contenido de esta advertencia, pero el hecho es
que Nebet-Hut calmó la situación. De hecho, tiene al gran Itemu-Ra en el bolsillo. Por
otro lado, Setes parece que en ciertos casos tienen la capacidad de contener su
ira. A menos que sea la intervención de su niña la que
lo ha calmado?
- Reclamación
concedida para el buen desarrollo del debate, respondió Itemu mirando a Setes. Retomemos
nuestra conversación hijo de Meri. ¿Quién es tu padre?
- Es el gran
Sidim-Gal (maestro-albañil), el Nagar (artesano) de este mundo. Creo
que a usted lo llaman a veces con ese nombre.
-Si hay una Nagar
aquí presente, dijo Itemu-Ra, y ese soy yo! No
es suficiente poseer el cristal de 'Nki para pretender ser su hijo. Usted
no está respondiendo a mi pregunta, ¿cómo puede afirmar que él es su padre?
- Mi padre real
ya no es de este mundo. Su sangre y su Ka (espíritu) están en mí. Por
esta razón, no puedo olvidar que es materializado con la estatua que ostentan
en la colina sagrada de Ta-Ur (Abydos).
- Esa estatua,
como usted dice, es para honrar su memoria, hijo mío.
- No, es un ídolo
articulado por sus sacerdotes que lo hacen pasar por vivo.
- Pequeño
insolente, le pagamos su memoria y su culto viviente. Sin
nosotros, la gente del País de la Luz ya lo habría olvidado.
- Es mi turno de
honrar su memoria, noble ltemu-Ra. Si a
usted le gustaría tener la confirmación de que el gran Nagar es mi padre, tome
un poco de mi sangre y haga que sea analizada.
Meri se puso como
una furia:
- Esta fuera de
cuestión, yo lo prohíbo formalmente! Nadie obtendrá la sangre de nadie en esta Asamblea!
- Así que nunca
sabremos la verdad, santa Meri, replicó ltemu-Ra.
- ¿No lo has
escuchado, gran An? intervino Serkit excedida. Las
Meskhenut aquí presentes, incluyéndome a mí, te certifican que Heru es el hijo
de Asar. Trabajamos para ello. Usted
no puede poner nuestras palabras en duda, de otra manera su lugar no está aquí. Incluso
le recordaré lo que usted ya sabe y que Enlil no puede ignorar, ya que es
difícil de atacar la santa Mer (pirámide), donde el milagro ocurrió: Heru es la
reencarnación del santo fundador!
El muy corrupto
ltemu-Ra había anudado los nervios. El rey de Uras no podía contradecir a las cuatro
Meskhenut, guardianas de la cohesión de Kemet, a pena de perder la imagen y
sobre todo su status. Todos sabemos que Itemu-Ra se introdujo ilegalmente
en nuestras tierras utilizando a Setes. Esta
función de maestro de la asamblea divina fue un compromiso que se había
impuesto a las Meskhenut, a fin de regatear una forma de paz ilusoria. La
ubicación de sus Abar[[2]] en nuestra tierra le permite controlar
los cultos, especialmente los bienes que resultan. También
le permite dominar la efigie de Asar y hacerle decir que nuestro clero decreta
en el nombre de Itemu Râ. La aparición de esta situación en la asamblea no
ocurrió para mí desagrado. De repente me encontré con la idea de esta
reencarnación absolutamente cautivadora. Ella
iba a ayudarme a justificar mi derecho al trono de Kemet. Por
el momento, esto puso a Itemu-Ra y a su secuaz, a quien sueño decapitar, en un
gran problema…
Itemu-Ra estaba
como aturdido. Yo no lo había cruzado a menudo hasta ahora, y
siempre me había mirado con gran fuerza. Pero,
debo admitir que al verlo cabizbajo me sentía bien. De
repente percibí que las cuatro Meskhenut experimentaban alguna confusión
interna. Una extraña sensación me invadió. Me
di cuenta en un instante que estaban tratando de sondear a mi abuelo Itemu. Yo
estaba como conectado con ellas, sobre todo con mi madre, con quien tengo la
energía. El gobernante de los Anunnaki lo había sentido y se
había recompuesto.
- Heru, hijo de
Meri. ¿Eres la reencarnación de Asar?
Itemu había
adivinado que este tema iba a avergonzarme, tuve que improvisar y responder de
forma inesperada.
- Soy su
continuación, soy el renacimiento de Enki.
- El nombre por
favor. ¿Quieres decir 'Nki (el verdadero) Asar?
- Sí
- No estamos en
Kalam, puedes formular los nombres de las personas en tu idioma nativo, en
Re'enkemet (egipcio). Bueno, tengo objetos pertenecientes al santo Asar. Permítanme
mostrárselos! ltemu-Ra hizo un gesto a dos de sus Miminu
(grises). Trajeron una caja llena de objetos que derramaron
sobre la mesa del consejo.
- De todos estos
objetos, dos pertenecían a mi hijo Asar, reanudó Itemu. Si
los encuentras, nosotros tendremos la confirmación de que usted es el que dice
ser. Le presente los dos objetos a Djehuti y él puede
confirmar cuando llegue el momento.
- Acaso escuche
mal? arrojó irónicamente Neret. ¿No
nos dijiste que no habías planeado discutir esto, noble Itemu?
El padre de los
Anunnaki se hizo el sordo. Djehuti tenía los ojos bajos. Yo
vi a Meri quejarse. Nebet-Hut no estaba muy cómoda y frunció el ceño
cuando de repente se quedó mirando el contenido de la caja. Serkit
negó con la cabeza sin mirarnos, como si quisiera decirnos que este ejercicio
era estúpido.
- No hay
necesidad de mirar a su madre y tías, no van a ayudarle. Ellas
no le dirán nada a través de la Kinsag (telepatía), yo lo sabría. Si
la santa Meri no se calma y vuelve a su lugar, voy a tener que despedirla de
esta Asamblea.
Mi madre estaba
ulcerada, pero era previsible. Con una mano, le indiqué que se calmara y me centré
en los objetos. Qué baratijas! Una
estatuilla de terracota, un pequeño cristal verde, un brazalete de cobre, dos
archivos ME de cuarzo , un pequeño cuchillo, un anillo de Nebu, un diente de
Ukubi (Homo), un collar de piedras de roca, un frasco con arena, tres flores
secas de Afa amarilla (melilotus) - las flores usadas por los muertos - y una
brújula.
Yo estaba listo
para jugar este juego insano, pero incluso con la mejor voluntad del mundo,
estos objetos no significaba nada para mí, absolutamente nada! Tenía
la esperanza de identificar entre ellos un objeto descrito por mi padre en sus
memorias, o sentir algo, fue en vano.
- Lamento
anunciar al Consejo que ninguna de estas piezas ha pertenecido al santo
fundador.
Itemu frunció los
labios e hizo una cara impasible. Djehuti movió la cabeza afirmativamente y nos
confirmó que ninguno de estos objetos había pertenecido al esposo de Meri.
- Eso fue suerte! exclamó
Setes.
- Setes como
siempre de mala fe y los miembros aquí presentes lo verán, proclamó Meri. Por
la Shesep Ankh (la Esfinge), la verdad estalla finalmente dentro de esta
Asamblea. Que mi hijo Heru sea finalmente proclamado sucesor
de Asar y se le conceda la soberanía sobre todo el País de la Luz!
El momento tan
esperado por mi madre y mis tías estaba a la mano. Itemu
y Setes no podían añadir nada, ya que habían quedado atrapados en su propia
trampa. Todos estos años de sufrimiento seguidos de un
trabajo duro para reparar la terrible tragedia, todo este tiempo y energía
serían finalmente recompensados, ltemu estaba pálido. El
asesino de mi padre tenía la cabeza entre las manos. Su
orgullo estaba roto, me parecía que iba a llorar de rabia. Meri
tomó mi mano y la apretó con fuerza contra su corazón, una manera pura de
compartir esta victoria que era lo más importante a sus ojos. Mis
tías tenían todas la misma sonrisa, incluso vi una sonrisa divertida en los
labios de Nut. Djehuti me miró con sus ojos haciéndome un guiño en
signo de victoria. La asamblea estaba eufórica. Sólo
Ra, el hijo y amante de Nut, se había quedado en su esquina. De
repente se puso de pie:
- Heru, el hijo
de la santa Meri es demasiado joven para convertirse en el garante del País de
la Luz. No tiene todavía 17 años. No
podemos permitir que un niño se siente en el trono de Kemet, sabiendo todas las
trampas y peligros que enfrentará. No podemos confiarle nuestras vidas y nuestras
propiedades. El hijo de Asar, incluso si es su reencarnación
juvenil, no puede resolver todos estos problemas por sí solo. En
calidad de responsable de los ejércitos de Kemet y del equilibrio de las
fuerzas en torno al cual gira el gran Consejo, no estoy de acuerdo, por ahora a
la entrega del asiento soberano del País de la Luz a Heru.
Nos quedamos
estupefactos. Meri no tiene absolutamente ninguna capacidad de
contener su ira en casos como éste. Su naturaleza imperiosa da paso a un tono
despectivo e insultante, o incluso una actitud neurótica deplorable. Su
sangre hirvió y se levantó de repente. Señaló al hijo de Nut, mientras le lanzó un
"Rhââ!" interminable que había petrificado la reunión en su
totalidad:
- Sí, soy yo,
respondió Ra irónicamente. Tu extraña magia no me asusta, mi hermana.
- Tú quieres
causar la ruina de Kemet? Lo regaño mi madre con desprecio. Tu
deseas retirar el trono, mi trono, al único heredero del País de la Luz? ¿O
has hecho un pacto con el enemigo?
- Con todo el
respeto que le debo, esposa de Asar, no estoy de humor para tu sarcasmo. Estoy
lúcido, simplemente. Consagraré a tu hijo en la Gran Mer (pirámide) cuando
llegue el momento.
- Tu estupidez es
aterradora! Antes de eso, tendrás que luchar y eliminar los
ataques de nuestros enemigos. ¿Cuántas víctimas, mientras tanto, por tu culpa? Transformaras
nuestra tierra en una pira funeraria. Tú no controlas más las maniobras de nuestros
adversarios. ¿Crees que los puedes contener con tu comercio
ilegal, algo que el gran Asar nunca quiso en toda su vida? Sí,
puedo revelarlo aquí: durante varios meses, sin la ayuda militar que Heru te
aportó en secreto, nuestra riqueza, las de Kemet, Sti (Nubia), Bun 'd (Punt) y
Kankala (África) estarían en las manos de los Anunnaki y de Setes. Sólo
la guerra permitirá a Setes acceder al poder supremo. Tu
estas absorbido por el juego de la guerra. Sin
este entretenimiento y sin tu comercio, tú no eres nada!
- Cálmate, gran
esposa real, intervino Nut. Entendemos tu dolor y tus miedos, pero por la
gracia de la Fuente, no te abandones a la desesperación.
- ¿Tu?! ¿Te
atreves a hablarme? Estoy segura de que eres cómplice de sus fechorías. La
verdadera Nammu nunca habría aceptado tal afrenta. Estaría
conmigo, con su hija...
En ese momento,
Meri fue presa de sollozos convulsivos y casi se desmayó. La
cogí a tiempo. Ella se sorprendió, medio inconsciente. Las
células nerviosas se comportan de la manera de un condensador electroquímico,
que se cargan como resultado de un gran enojo o excitación. Cuando
hay sobrecarga, el cuerpo de alguna manera se duerme.
La vehemencia de mi madre me había galvanizado. Cada una de sus lágrimas libera un poco más mi furia interior y mi sed de venganza. Hice signo a varios guardias para que la llevaran con escolta a mi nave. Mis varias tías estaban en estado de shock. Neret (Neith-Dim'mege) se puso de pie y gritó al Anciano, el gran Ra:
La vehemencia de mi madre me había galvanizado. Cada una de sus lágrimas libera un poco más mi furia interior y mi sed de venganza. Hice signo a varios guardias para que la llevaran con escolta a mi nave. Mis varias tías estaban en estado de shock. Neret (Neith-Dim'mege) se puso de pie y gritó al Anciano, el gran Ra:
- Qué deshonra mi
hijo! Tu que has preservado la paz y eras un campeón, así
como la luz del país. Rescataste los pueblos de A'amenptah y Kemet muchas
veces. ¿Qué queda hoy de todo esto?
- Escuchar,
Neret... lanzó Ra con la esperanza de ser escuchado.
Neret no estaba de humor para bromear, ella pronuncio una imprecación que clavó a Ra en su asiento. No podía moverse. La habitación parecía temblar sobre sus cimientos. El poder y la firmeza de su Niama (fuerza vital) me recordaron los poderes de mi madre y que ella no lo utiliza casi nunca. La voz de mi tía había cambiado y se había vuelto más grave:
Neret no estaba de humor para bromear, ella pronuncio una imprecación que clavó a Ra en su asiento. No podía moverse. La habitación parecía temblar sobre sus cimientos. El poder y la firmeza de su Niama (fuerza vital) me recordaron los poderes de mi madre y que ella no lo utiliza casi nunca. La voz de mi tía había cambiado y se había vuelto más grave:
- Cállate y
dejemos hablar a la razón! Una práctica a la que has renunciado, continuó. Me
avergüenzo de ser su niñera y segunda madre. Cuando
Nut, la Grande, me pidió que te cuide, hace ya un largo tiempo, lo hice como si
fueras mi propio hijo. Te di el pecho durante varios años. Te
hemos educado con valores Amasutum, los de nuestros antepasados. Así que
te pregunto por segunda vez: ¿qué queda de todo eso hoy? El
orgullo ha tomado posesión de todo tu ser y le has dado un gran poder a
nuestros enemigos a quienes sin embargo, combates cada día. Un
enemigo sin embargo, como señaló acertadamente Aset, con el que también haces
comercio! Ahora que los miembros de esta Asamblea que prestan
atención a mis palabras: voy a otorgar a Heru todas las fuerzas armadas que
necesite para poner orden en el país de Sa'am (el asesinado) y para recuperar
sus derechos vulnerados.
- Te prohíbo que
jures de esa forma, Neret, intervino Itemu-Ra (An). Tú
no tienes derechos en esta Asamblea.
- Suficiente! No
estás en condiciones de darme lecciones, dijo Neret. He
dado lo suficiente para ti. Ustedes eran todos indigentes y listos para
alimentarse de la arena al aterrizar en Uras (Tierra). ¿Qué
hizo usted por usted? Algunos alimentos y el material vital que situamos
en la bodega de cada Gigirlah (nave). Te di un poco de tecnología Ama'argiana y he
sacrificado cientos de mis hijas para darte la oportunidad de perpetuar tu raza
de guerreros apartados del sacerdocio. Estaban allí para preservar nuestras Amasutum del
peligro y en su lugar, ellos maltrataron a los Nungal de su Santo Fundador, por
no hablar de los abusos que infligen a los diferentes Ukubi (Homo) a través del
tiempo. Ninmah y Enki eran sólo objetos colocados en tus
manos. Tu pensaste que tal vez podías escapar de las leyes
kármicas que se generan al crear genéticamente esclavos en su lugar? Te
equivocas! Llegará un día en que pagarás en gran medida tus
fechorías. Cerré los ojos demasiado tiempo y te di más de lo
que deberías haber tomado. Los Ukubi'im (Homo neanderthalensis) de Nammu eran
difíciles de manejar, y sin mí y mis Siensisar (matrices artificiales), tu serías
el gobernante de una banda de monos y no quién eres hoy! La
lista es larga y los resultados de tus acciones son deplorables, heredero de
los Usumgal.
- ¿Qué nos
propones tú, tú que infundes conocimiento? cuestionó
Itemu. Qué quieres?
- Sólo una cosa: el
derecho a ser invitada a este Consejo normalmente, en calidad de Gina'abul
mayor de este planeta, presidiendo tu lugar. Me
gustaría señalar que si tu no mantienes esta paz vulnerable entre el Pueblo de
la Luz y tus Anunnaki, que tu tendrás toda la responsabilidad, dispararás una
guerra que no la superarás jamás. A diferencia de mi hermana Aset, yo respeto el
punto más alto, me preocupo por las víctimas humanas que esto podría implicar.
En ese momento,
mis tías volvieron sus miradas acusadoras hacia el maestro del Consejo. La
empuñadura mental de Neret cesó y Ra pudo recuperar sus funciones motoras. Estaba
totalmente humillado. ltemuRâ no podía dejar de tomar rápidamente una decisión:
- Vamos a tener
que decidir entre los dos hijo de Asar. Esta
es la única manera de encontrar una solución a esta diferencia.
- De acuerdo,
respondió Setes, haremos un combate singular y terminemos de una vez!
- Es sólo un niño
replicó Djehuti, usted no puede aceptar esta sugerencia, gran Itemu.
ltemu-Ra parecía molesto. Nebet-Hut (Neftis) miró al maestro del Consejo moviendo la cabeza negativamente. Entendí que le confirmó que no estaba listo para medirme con Setes con un arma.
ltemu-Ra parecía molesto. Nebet-Hut (Neftis) miró al maestro del Consejo moviendo la cabeza negativamente. Entendí que le confirmó que no estaba listo para medirme con Setes con un arma.
- En este caso,
la elección del combate parece lo más sensato, dijo ltemu. Pero
hay una dificultad: Heru es un niño. No puedo, por tanto, autorizar tu solicitud, Enlil.
- Anoche, humillé
a Ra en sus apartamentos, con un arma en la mano, anuncié al Consejo.
- Yo te dejé
ganar, hijo de Meri, respondió el interesado.
- Poco importa! reanudó
Djehuti. Personalmente, no estoy a favor de la elección de
combate. Todos ustedes saben mi opinión. Kemet
(Egipto) debe regresar a Heru, y Setes debe recibir una compensación. Abogo
por que la Asamblea se suspenda de manera que todos podamos reflexionar en calma
cada uno por separado. El País de la Luz esta sin soberano por varios
cientos de años. Eso es demasiado tiempo. Pero
eso no es una razón para decidir el futuro de Kemet y el destino de dos seres
con demasiada precipitación.
- Muy bien, que
así sea, dijo Itemu. Teníamos que encontrar un acuerdo para permitir el
acceso desde la orilla oeste del Kem-Ur (Mar Rojo) a los Anunnaki para hacer un
balance de nuestros Abar, pero vamos a ver estas cuestiones más adelante. Por
el contrario, necesitamos fondos para restaurar el canal de Ta-Ur (Abydos). Que
decide la Asamblea divina?
- Nada, ella no
decide nada por ahora y sobre todo sin Meri, contestó Nebet-Hut (Neftis). Tenemos
la sospecha de que tu intención es aprobar un nuevo impuesto que financia este
trabajo, pero no importa! Las cajas del templo de Ta-Ur están llenas. Lo
sé, porque me encontré con los sacerdotes hace poco. Ta-Ur
es la localidad más visitada, y las donaciones acuden de todas las regiones en
honor de Asar (Osiris). Utiliza esos fondos para tu trabajo, noble Item-Ra. Eso
es lo que a mi hermana le habría recomendado. Mi
palabra es tan segura como la de ella.
- Ya veremos
esto, mi hija, dijo ltemu molesto. Es noble y conmovedor observar hasta qué punto te
preocupas por los bienes de tu hermana, como estamos haciendo lo mismo con tus
dominios de Kalam (Sumeria)...
ltemu-Ra y Setes
miraron a su nieta. La intimidación es su arma favorita. Nebet-Hut
se levantó al mismo tiempo que el resto de la junta. Mis
tías estaban preocupadas. Setes me miraba largamente diciéndome en el
pensamiento: "Aprende a manejar tus armas más rápido, hijo de la nada!"
La ira se apoderó de mi garganta, pero no reaccioné. Djehuti amigablemente
me dio unas palmaditas en la espalda. Trató de tranquilizarme susurrándome que el Consejo
iba a encontrar una solución equitativa. Cuando
regresé a mi nave, Meri estaba esperando con cuatro guardias. Ella
mostraba su habitual aire de solemnidad que traicionó su inimitable naturaleza
imperiosa:
- Si tú quieres
suceder a tu padre en el trono de todo el País de la Luz, vas a ser mejor que
aprendas a expresarte en lenguaje Kemet.
- Yo lo pronuncio
como se me enseñó, madre.
- Hace mucho
tiempo que no hablo así. Debemos expresarnos en Re'enkemet (egipcio). Dentro
de la Asamblea, es preferible que se pronuncien los nombres de todos en
Re'enkemet, y no en Emenita o en Emegir de Kalam, ¿está claro? Olvídate
de las pronunciaciones que has aprendido de Nebet-Hut. Abandona
el lenguaje de nuestros enemigos. Te enviaré a Djehuti para que te dé algunas
lecciones. Ya no estoy avergonzada de mí como tú lo estuviste. Nuestros
enemigos no tendrán indulgencia.
Una parte del
misterio que rodea a mi madre se resume aquí. Un
detalle, por lo menos hasta un elemento insignificante, de repente se convierte
en los problemas más difíciles de resolver en el momento. Meri
tiene el arte de saber reprocharme amargamente mis debilidades. Tengo
que ser perfecto para ella, en el nombre de un recuerdo del pasado que conozco
en parte.
En mi mente,
ahora estaba seguro de que sólo un combate podría distinguirme de mi enemigo. Esta
es un combate, una lucha sin compasión para la que tengo que prepararme. El
apoyo de mis tías y las palabras de Djehuti nunca van a tener el peso
suficiente contra los opositores de esta talla.
Geghu estaba
listo para arrancar de las tierras del antiguo dominio marítimo de mi padre. Meri
me preguntó suavemente si podía manejarlo, pero le dije que no sería prudente.
Mi madre tiene prohibido conducir, a pesar de que sabemos que ella fue víctima
de un atentado y no de un accidente hace mucho tiempo cuando se llamaba Sé'et. Ella
estaba molesta; nadie se atrevía generalmente a oponerse a sus deseos;
probablemente pensaba que yo iba a ceder en este momento. Yo
considero dejarla pilotear junto a mi algún día cercano, pero quiero darle una
sorpresa.
Regresamos a
nuestra red subterránea y a los aposentos reales. Sasha
y Udja, las dos tigresas de mi madre, esperaban a su ama moviéndose
nerviosamente entre los grandes pilares de nuestros apartamentos. Son
apenas mayor que yo. Meri posee sus genes y las recrea cuando una de
ellas fallece. No puedo decir cuántas veces ella ya las ha
clonado. Estas son en cada caso de especies diferentes que
entran dentro de estos pequeños cachorros de tigre listos a salir de la
Siensisar (matrices artificiales).
Una poderosa
orden de Meri, y el campo de protección que estaba bloqueando la entrada se
inactivan, lo que nos da acceso a la suite real. Después
de lamer las manos de su señora, Udja[[3]] cayó pesadamente sobre mis pies, impidiendo que
me mueva. Este es un pequeño juego que a esta tigresa le
encanta jugar conmigo, y ella sigue con bostezos fuertes. Esta
es la más afectuosa de las dos, pero también la más temerosa. Cuando
ambas deben mostrar los colmillos para proteger a su señora de algún rostro
desconocido, Udja espera primero la reacción de su hermana.
Sasha es mucho
más agresiva. Nuestra relación es extraña a pesar de que crecimos
juntos. Sólo Meri realmente puede acercársele y acariciarla
en paz. Mi madre la llama por su nombre de diferentes
maneras dependiendo de la situación,[[4]] todo depende de su intención. Ambas
bestias estaban nerviosas. Ellas se comportan anormalmente estos últimos meses,
me señaló Meri. Esto parece molestar a mi madre, porque ella no
puede explicar este comportamiento totalmente inusual.
Como de
costumbre, Meri estaba tendida en un amplio banco después de haber preparado
una bebida. Parecía cansada. Udja
finalmente se había trasladado a echarse a su lado. Sasha
se puso de pie y siguió mirándome con una mirada insistente. A
veces se desprende su mirada para escudriñar en lo invisible, gruñó y me miró de
nuevo.
- ¿Has visto? Le
pregunté a mi madre.
- Todos los
felinos hacen eso, Heru, pero estoy de acuerdo en que Sasha gruñe anormalmente
en estos momentos. Esto me preocupa. En
cuanto a Udja, ella está más tímida de lo habitual...
Mi madre y sus
dos grandes felinos estaban rodeados de humo que escapó de los inciensos. Yo
estaba una vez más irritado! La pregunta que me perseguía desde que obtuve el
Uatch de las manos de mi madre tenía que ser respondida:
- ¿Por qué los
archivos de mi padre fueron cortados por ti, oh mi madre?
- He ahí un tono
bien solemne, oh hijo mío, - respondió ella con una voz que se atragantó de una
emoción indescriptible.
No hay duda de
que tenía dolores en los pies; Meri ha fingido no haberme escuchado y se cubrió
los pies con una crema, mezcla de aceite de oliva y miel. Yo
estaba allí, en medio de la sala, viendo una de las paredes. Aset
finalmente cambió de conversación: "Puedes beber un refresco, te
serviré una copa, mi príncipe." Le
respondí que yo no necesitaba nada. Mi respuesta tenía un aire de molestia. Ella
miró el vaso que me había preparado y me miró con enojo: "Yo, tengo sed!"
Ella finalmente me lo entregó. Lo tomé como un comentario despectivo. En
ese momento, tuve una alucinación que me llevó a un sentimiento de humillación
y me obligó a sentarme. Una cosa que no puedo explicar hasta este día. Una
visión deshonrosa ensuciaba mi mente y nunca me ha dejado desde entonces. Me
encomiendo a ti, Uatch, al igual que mi padre antes que yo. Vi
brevemente mi bastón de vida en la boca de mi madre y ella parecía contenta. Ella
tenía sed de mí! Este es un pensamiento corrupto que no controlo y
que no entiendo en absoluto. Ella debe dejar a mi mente, pero tengo un mal rato
para deshacerme de él..
Meri apenas se
había dado cuenta de mi pánico interior. El
incidente no afectó para nada su legendario orgullo, y apenas levantó la vista. Le
entregué su taza. Su rostro estaba cerca del mío. Fruncí
el ceño... ¿Fue un efecto de la luz o alguna otra cosa? Yo
no podía dejar de remarcárselo: "¿Por Asar, madre, tu piel otra vez se
convertirá en verde?" Meri escondió su rostro y se enterró entre los
cojines.
- ¿Estás enferma,
mi madre?
- ¡No! ... Sí!...
- Sí o no? ¿Qué
puedo hacer?
- Nada, Heru,
nada más. No te preocupes, no importa. Esto
pasará...
Yo estoy
impotente. Sólo la magia de mi madre podría resolver este
problema. Nadie puede asistir a Aset: ella tiene todas las
respuestas! Dejé la habitación sin hacer ruido. Meri
me preguntó por qué la abandonaba tan pronto; le respondí que tenía que limpiar
mi nave al día siguiente.
imagen 17. Los
restos de la A'amenptah de la época de Horus son visibles en este mapa en torno
a las Islas Canarias. Los nombres de las islas míticas se encuentran en
las paredes del templo de Edfu, en Egipto. Formaron
los dominios primordiales de los dioses de Egipto antes del gran cataclismo del
10.000 antes de Cristo. Los textos de Edfu indican que estas áreas fueron
destruidas durante la guerra y por el paso de un cuerpo celeste llamado
"el ojo que suena". Hice todo lo posible para restituir las ubicaciones
de las islas de acuerdo a mi comprensión de la historia y la geografía.
[imagen 18]. El
calendario de Dendera comienza su largo viaje de las constelaciones zodiacales
en espiral por una Isis con una cola y la corona blanca de su difunto esposo en
la cabeza. La sigue el signo del zodíaco del León que está
allí para conmemorar el trágico suceso de esos tiempos: alrededor de 10.000
antes de Cristo. , en el momento en que la constelación del león
ocupaba el cielo. Luego viene Seth, el verdugo, diseñado como la
muerte con su guadaña, seguido de una Isis dando forma a su hijo Horus. Hábilmente,
la muerte de Osiris no se formula, sólo se sugiere. En
la parte izquierda, donde vemos a Osiris, Ra y Horus (portando la corona doble
de sus padres), no es parte del circuito de las constelaciones, sino de la
lista de los 36 decanatos. Copia del Zodíaco de Dendera de un papiro perteneciente
al autor.
[1] Recordatorio:
TU-WA-KAD-SI, "que ofrece el renacimiento y fija la luz." Este es el
continente americano donde los sobrevivientes de Kâsskara (Mu) se refugiaron
después de la destrucción de sus tierras.
[2] Recordatorio: los
Abar son sobrevivientes de Deser (Marte) que escaparon de la explosión de
Mulge, el astro negro. Formaron una importante colonia en Egipto que se
basaba en la adoración de los Neteru (dioses), particularmente en la de
ltemu-Ra (Atum-Ra), que será mucho más tarde Amón. Los Abar de nuestra
narrativa forman parte del clero de la antigüedad, mucho antes de las primeras
dinastías egipcias.
[4] Sasha significa
"brillar como una estrella", Shasha "pisoteo el pie" o
"despreciable" y Shaasha, "respeto". Tuve que sumergirme
en el diccionario egipcio para comprobar el significado de estas palabras,
donde por fin pude entender la sutileza de esta práctica inventada por Isis. Esto es parte de las
sorpresas agradables con las que me he encontrado en la redacción de esta
serie.
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