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MAS ALLÁ DEL HORIZONTE DE SUCESOS
"¿Dónde se fue? El rey quiere ir al cielo por todas las vidas y autoridad para que pudiera ver a su padre [Osiris] y que pudiera ver la luz ". (14)
Textos de las Pirámides, 915a-914c
Sabu (Anubis)
plantó su mirada vigilante sobre mí. Sus dos sacerdotes, que nos acompañaron,
no me inspiraron ninguna simpatía y yo trataba de borrarlos de mi mente. Casi
me habían llevado por la fuerza hacia el corazón de Bit-Ra-Hem (la Gran
Pirámide) sin hablarme.
Estábamos en lo más profundo de
nuestra Mer (pirámide), en el Shetat (“cámara del rey”). Era el gran
día. Sabu me recostó en la cama de Asar. Detrás del sarcófago se encontraba la
tapa, pero no parecía estar destinada para el viaje que iba a emprender. Yo
estaba finalmente listo para conocer la verdad sobre mi padre y yo.
Sabu me había convencido de
cruzar el portal del horizonte de los sucesos a pesar de la prohibición oficial
de nuestra madre. Él me había indicado que este camino era más preciso que el
Kidul (dimensiones paralelas). En el
Kidul, me arriesgaba a encontrarme con todo tipo de seres, pero en el horizonte
de los sucesos, estaría en contacto con nuestros antepasados.
- No olvides lo que te he
enseñado, hermano. No te olvides de las fórmulas ...
- ¡Sí, lo sé! Pero no creo que las
necesite. Tengo lo que necesito conmigo.
Con orgullo le mostré Uatch.
-No lo necesitas para llegar a
donde vas. Dame el cristal.
- ¡Estás loco! Es justo ahora que
lo dices, ¿cuándo ya estoy recostado y listo para el viaje?
- Exactamente, tú no estás listo.
- Tú me has engañado...
-No, nunca te aconseje utilizar el
Uatch para este ritual. Confía en mí, hermano. Dámelo, voy a tener mucho
cuidado.
- ¡La última vez que retuvieron mi
cristal, casi perdí un pie!
Sabu me indicó que me calmara. Le
di mi cristal con un gesto iracundo mientras intente añadir algo, pero él me lo
impidió secamente:
- Ahora cállate.
Tuve la impresión de estar
desnudo. Un fuerte temor se apoderó de mí: el de estar solo, frente a mi espejo
interior. ¿A que podría
aferrarme, más que a mi propia voluntad y estas fórmulas estúpidas? Sabu
me preguntó si estaba listo. Respondí afirmativamente con una inclinación de
cabeza. De hecho, no lo estaba en absoluto. Uno de los asistentes agarró el
largo bastón en el que Sabu había colocado su mezcla. El extremo del bastón
hueco buscó mi nariz. Yo estaba preocupado, pero no lo demostraba. Una vez que
la varilla encontró su objetivo, el sacerdote soplo fuertemente en una de mis narices. Apenas
tuve la sensación de recibir el segundo polvo de ardor en la otra fosa nasal,
fui arrojado al instante a un entorno poco familiar:
Estaba oscuro y frío. Miles de
pequeños seres me acosaban por todos lados. Ellos se reían y se reían de mí.
Comencé a recitar mi primera fórmula: "Mi corazón pertenece a la casa
de Unefer (el ser perfecto). No voy a posar mis ojos en este lugar. Yo soy un
penitente en el borde del mundo, que estima toda forma de vida. Si me respetas,
yo también te respeto." Mis atacantes de repente desaparecieron,
dejándome solo en un paisaje que se asemejaba a la nada. Estaba muy oscuro,
estaba perdido en el medio de la nada. Miré a mis pies y descubrí a Uras a varios miles de leguas más abajo.
Sonidos agudos, como canciones,
hacían eco en la distancia. Lo invisible era vasto, parecía tan eterno,
peligroso y pacífico. Todo dependía del estado de ánimo en el que me
encontraba. Dejé el sistema solar a una alta velocidad sin saber a dónde iba.
Estaba bien, aunque un tanto aturdido. Oí una voz femenina que me preguntó si
sabía lo que quería, lo que yo quería. Instauró la duda en mi mente. Me esforcé
por permanecer entre los vivos y conectado con el KI (tercera dimensión).
Rápidamente me ganó la sensación de perder el equilibrio. Mi cuerpo cayó de
golpe en el ataúd de mi padre. Colores extraños y agresivos rodeaban la
habitación. ¡Estaba solo! ¿Dónde estaban Sabu y los dos sacerdotes Shemsu?
Un extraño zumbido llenó la
habitación. El techo se transparentó sobre mí: los diferentes compartimentos de
las piezas de compensación formaban como una colmena gigante, miles de abejas
batían sus alas constantemente. El efecto se intensificó y se convirtió en un
ritmo regular. Una luz intermitente apareció y se sincronizó con el sonido.
Ella se fijó gradualmente en la pared sur, en el nivel del conducto: la puerta
estaba abierta. El conducto brillaba como el oro; estaba en la dirección
correcta. Me levanté, ¿pero tenía tiempo suficiente? El efecto de la droga fue
corto y sentí que había pasado mucho tiempo fuera del KI (tercera dimensión).
La noción del tiempo no era la misma. ¿Cómo reintegré mi cuerpo? Dudé un momento,
luego me dirigí hacia la puerta del horizonte. Pero una sombra cayó sobre mí y me impedía entrar en la apertura
celestial. Esta no tenía rostro y estaba armada con un látigo y un hacha. Sus
movimientos eran rápidos y precisos. La esquivé como me enseñó mi tía
Nebet-Hut. Un golpe del hacha falló y se estrelló en la esquina del sarcófago
con un ruido ensordecedor cuyo eco resonó alrededor de Bit-Ra-Hem. Un pánico
intenso se apoderó de mí. ¡No imaginaba que allí, el arma podía romper la
piedra! Instintivamente, intenté tomar a Uatch, pero no lo tenía conmigo, mi
hermano Sabu lo guardaba en el KI. Intenté usar el Niama (fuerza vital) para
desarmar a mi atacante, pero por desgracia no tenía ningún efecto en esta
dimensión adyacente ...
Las armas de mi rival cortaban el
aire a mi alrededor, que se calentaba gradualmente. Yo esquivaba los golpes,
pero con cada movimiento, sus ataques redoblaban su velocidad y violencia. La
sombra se rio, expresando una alegría sádica que estremeció mi espalda. ¿Cuál
era la fórmula adecuada para este tipo de situación? Ninguna - ¡Estaba perdido!
El calor era insoportable. Me resigné al hecho de que pronto recibiría el golpe
fatal, pensé terriblemente en Aset. En ese momento, el rugido pulsante de
millones de alas de repente se detuvo. La puerta hacia el horizonte (que
conduce al sur) se oscureció y se selló. En sucesivas olas, las abejas
atravesaban el techo para hacer frente a mi desorientado oponente. Algunas lo
atacan, mientras que otras me llevan a la parte trasera de la sala. Ellas me
levantaron y me metieron en el ataúd ...
Abrí los ojos, Sabu estaba ahí ...
¡Por fin! Me levanté precipitadamente, y miré a mí alrededor. El sarcófago
estaba intacto, no había señales de lucha en la habitación. Levanté la vista
para examinar el techo: ¡no había abejas!
- ¿Estás bien, hermano?- me
preguntó Sabu. -Tu viaje duró poco ...
- Sí, se me acabó el tiempo; ¿pero
por qué estoy ya aquí?
- Tu viaje fue corto aquí, pero no
debería haber sido corto en el otro lado. No debes haber salido fuera del
tiempo. ¿Qué pasó, hermano?
- ¿Hay algunos insectos aquí? ¿Las
abejas?
- ¿Abejas?
- ¡Sí, las abejas!- contesté
molesto.
- No que yo sepa.
- Había miles sin embargo, aquí,
hace un momento.
-¿Te has encontrado con las abejas
de Asar? ¿Tu? Lo hiciste...
- No te entiendo, ¿me dices que no
hay abejas, y luego me hablas de las abejas de mi padre?
Sabu estaba avergonzado,
balbuceó algunas palabras y me dijo que
yo era el legítimo, que yo era Asar. Lo interrumpí y le dije que tenía que
hablar en el acto con nuestra madre. "Un peligro nos acecha aquí, en
nuestros dominios", le dije. Él quería venir conmigo y no podía
detenerlo. Le quite a Uatch de las manos con un gesto precipitado.
Fuimos a través de la Meskhenet
(cámara de parto / Cámara de la Reina) y su pasaje secreto para meternos en el
subterráneo de la Duat (sistema subterráneo). De vuelta en Nashareth
encontramos a Aset en debate con varios de nuestros Abgal. Djehuti estaba cerca
de nuestra madre. Ella estaba como de costumbre exasperada de discutir con los
anfibios. Ella nos miró de lejos; el silencio se apodero de repente de la gran
sala. Con un movimiento de cabeza, ella les ordenó a los Abgal que dejaran la
habitación; Djehuti se quedó con ella. Los Abgal le hicieron una reverencia y
me miraron brevemente con un aire neutro, dejando la sala del trono.
- Estoy exasperada por todas estas
discusiones dignas de diplomáticos, - nos dijo Aset irritada.- Pero mis tormentos se desploma en este mismo
momento. ¡Con la oportunidad de verlos a los dos juntos, mis hijos! Hoy estoy
satisfecha, los tres seres que mi corazón ve como los más deliciosos están
conmigo.
- Meri, ¡hablando de esta manera,
te olvidas a mi padre! Aset y Djehuti me miraron fijamente al instante, como
para recordarme con una mirada vidriosa lo que ellos consideran que había sido
mi origen. Tuve que ir a lo esencial:
- Estamos en peligro.
- Explícate - me demandó ella con
voz preocupada.
- Hay un enemigo aquí, dentro de
nuestras paredes. Lo conocí en Bit-Ra-Hem.
- ¿Qué hacías en la montaña del
horizonte, Heru?
Sabu estaba confundido y salió en
mi defensa:
- Todo viene por mí, madre. Soy
plenamente responsable. Como ustedes saben, Heru quiere conocer a nuestros
antepasados. Yo le aporté mi ayuda con el fin de acceder a su deseo y
conducirlo más allá del horizonte de sucesos.
- ¿Que? -Exclamó Aset- ¿Estoy en
una reunión, y mis hijos aprovechan la oportunidad para forzar las puertas de
Bit-Ra-Hem sin mi consentimiento? ¡Ustedes saben que yo puedo escuchar semejante broma
mientras mi mente se dedica a la diplomacia! Sabu, te pedí no enviar a Heru más allá
del horizonte de sucesos.
Las facciones de Meri se
crisparon. Se levantó de repente y su voz se disparó en la forma de una
poderosa tormenta. Los ecos de su violenta acusación continuaron resonando en
nuestros oídos.
Djehuti puso su mano en
el hombro de nuestra madre y le dijo:
- Madre del Trono, hemos discutido
varias veces este tema. Heru tiene que hacer su propio aprendizaje, solo y
haciendo caso omiso de tu augusta solicitud...
- ¡Es más bien una manera de
acapararme!- Solté con frialdad sin pensar.
- ¿De acapararte? -Preguntó ella-
¿Yo, la carne de tu carne, y tú, la esencia de mi esencia? Por la Fuente
Eterna, ¡prefiero sucumbir a escuchar esto!
Aset se dejó caer en su asiento
real, mirando al suelo. Yo quise responder pronta y fuertemente, pero no
lo hice. Ella continuó:
- A veces, las palabras de Heru
son una fuente de sufrimiento cruel, y no puedo evitarlo.
- Tenemos que dejarlo hacer sus
elecciones y sus propias experiencias- Repitió Djehuti.
- ¡Oh bien! La soberana renuncia a
toda razón. ¿Qué esperabas encontrar en nuestros antepasados, Heru, ¿que no
puedes encontrar aquí en nuestro santuario, o que yo no puedo revelarte?
- Deseo encontrar a mi padre.
Los rostros de Aset y Djehuti se
congelaron súbitamente, y tuvieron el cuidado de no responder inmediatamente.
Ambos se miraron el uno al otro. Por último, Meri finalmente esbozo una sonrisa
que se hizo más y más brillante. Con un guiño de ojo, ella invitó a Djehuti
para que conteste:
- Heru es sin duda un piloto
excepcional, un gran estratega en la batalla y un futuro soberano, pero no es
el rey de los sacerdotes - dijo cariñosamente.
- Él tiene tiempo para eso -dijo
Aset- Tu solicitud es aceptada, Heru. Para que encuentres a tu padre. Que él te
traiga las respuestas a tus preguntas. Tienes mi bendición.
Djehuti retomó su aire grave y me
preguntó a qué peligro me enfrenté en el corazón de Bit-Ra-Hem. Con mucho gusto
les relaté mi aventura sin omitir ningún detalle importante para mostrarles el
valor que tuve al enfrentarme a mi oponente. Luego vino el pasaje concerniente
a las abejas...
- ¿Has visto las abejas en el
techo de la Shetat (“cámara del rey”)?- preguntó Djehuti.
- Sí, son ellas las que me
rescataron cuando me enfrenté a la sombra armada. Eran innumerables.
- No se lo digas a nadie, Heru -
dijo Aset- Acabas de descubrir un secreto importante que nadie debe saber.
Sé, desde una edad temprana, que
la abeja es nuestro símbolo real por excelencia y que viene de mi padre. Muchos
de entre nosotros afirman que Asar tenía una gran colonia de estos insectos de
los que se había ocupado durante muchos años, hasta su muerte. Las tenía en
A'amenptah (Atlantis) y en Kemet (Egipto). Pero les habíamos perdido el rastro.
Fue mi madre quien me habló de estas abejas durante mi infancia. Ella me dijo
que al pasaje del Benu Celestial (Fénix) había levantado las aguas por todas
partes en Uras (Tierra). Los sobrevivientes de A'amenptah habían seguido a las
abejas de Asar hasta Kemet, mientras que el suelo estaba cubierto de barro y de
cadáveres de todo tipo. La red subterránea que conectaba una vez a A'amenptah
con Kankala se había derrumbado. En el exterior, el paisaje que nuestros
antepasados conocían, estaba totalmente irreconocible. Además, el planeta se
inclinó sobre su eje, los puntos cardinales no eran los mismos. Los
sobrevivientes, agotados por la larga marcha hacia el actual Este, finalmente
habían llegado al reino de Ta-Ur (Abydos) por las cimas de las montañas.
Descendieron de las alturas y acamparon esperando a que el nivel del agua
disminuya para visitar el valle. Finalmente descubrieron la ciudad santa
cubierta de barro. La Per-Urshu (residencia de los observadores) de Asar se
rompieron en pedazos, y sólo el Enkhu'ur (Osireion) de mi padre estaba
prácticamente intacto. Los sobrevivientes reconstruyeron Per-Urshu de manera
idéntica. Luego, el agua poco a poco fue aumentando de nuevo en algunos
lugares, debido a la fusión de los hielos producidos durante el gran deshielo.
-
¿Eran las abejas de mi padre? ¿Aquellas de las que me hablabas en mi infancia?
- Es posible -respondió mi
madre- En realidad, sí, estoy segura. Descubrimos su ubicación cuando empezamos
el proceso que provocó tu retorno durante el vuelo causado por la ola de Asar.[[1]]
Y a medida que se calentaba el aire y se amplificaba la onda que tenía
que ir a buscar tu Ba (alma), estos guardias alegres aparecieron en el
quíntuple techo. El aspecto general de la Shetat ("Cámara del Rey")
se esfumó y la sala quedó iluminada con una claridad radiante que nos reveló tu
presencia. Todo salió como estaba planeado, sólo que su "asistencia"
no fue anticipada cuando nos pusimos en marcha.
- ¿Ellas aportaron algo inesperado
al ritual?- Le pregunté a Meri.
- Todo tuvo lugar más rápido que
lo que fija el procedimiento Abgal. En
un momento cuando las abejas aparecieron ante nuestros ojos batiendo sus alas,
la habitación se calentó más rápido, las ondas de sonido que nosotros
producíamos se transformaron rápidamente y se mezclaron con la vibración
producida por las miles de alas en movimiento.
- Vivimos una situación confusa
-retomó Djehuty- Como tú sabes, tu madre y tus tres tías estaban en el corazón
de Bit-Ra-Hem, y llevaron a cabo el ritual del "horizonte de luz"
mientras que tu tío Setes y sus Anunnaki atacaban nuestros dominios. Nuestro
escudo electromagnético se desplegó a un muy alto nivel de resonancia. Yo
estaba en Nashareth con una parte de nuestras fuerzas armadas. El otro grupo
estaba estacionado en una emboscada en las montañas del sureste con Her-Ra.
Ellos tenían que atacar a los Anunnaki cuando comenzaron a disparar contra
varias de nuestras aperturas en las colinas. Fue entonces cuando comenzó la
batalla.
- Sí, ya conozco esta famosa
batalla que hemos ganado. Pero, ¿qué relación hay con las abejas de Asar?
- Debemos remontarnos un poco
antes de estos acontecimientos -continuó Djehuti- En esa época, yo estaba
haciendo pruebas con Bit-Ra-Hem y su escudo. Habían pasado varios días desde
que había visto algunas abejas circular libremente por el edificio. Muy pronto,
me di cuenta de que pasaban por los dos conductos de la Shetat (“cámara del
rey”). Estaban en todas partes. Ellas nunca fueron agresivas. Las abejas no
podrían crear importantes dificultades en la puesta en marcha de las diferentes
aplicaciones, pensé que no eran importantes. Especialmente porque eran las de
Asar: reconocimos su tinte ligeramente anaranjado. ¡Era un signo providencial!
Sin embargo, busque la colmena durante varios días sin éxito, antes de
finalmente encontrarla encima del quíntuple techo.
- Era inquietante -reanudó mi
madre- ya que el techo proporcionaba una resonancia fundamental y la
reverberación necesaria para restablecer la onda de Asar, que tuvo que pedir
prestado la puerta del horizonte. La presencia de una colmena en este lugar podría
alterar enormemente nuestro programa, la resonancia era limitada. Y no teníamos
manera de desalojarlas.
- Las abejas parecen haber pasado
a través de pequeños orificios en la mampostería de la Gran Galería -continuó
Djehuti- Llamamos a nuestros Abgal para solicitarles sus opiniones.
Meri parecía repentinamente
avergonzada y finalmente le dijo a Djehuti que esta parte de la historia no era
interesante. Djehuti miró hacia abajo y comenzó a ignorar deliberadamente este
pasaje que yo no conocía. Vigorosamente le exigí que continuara. Yo insistí
tanto que Aset finalmente aceptó. Djehuti reanudó de la siguiente manera:
- Ellos prestaron mucha atención a
este problema, pero terminaron bromeando haciéndonos notar que estábamos
tomando a Enki-Asar por un Bulug (¡novato!). Como su humor es generalmente con
doble sentido y no lo comprendemos plenamente, nos recordaron que estábamos
usando una tecnología Abgal: "Las abejas desaparecerán en la próxima
prueba", nos dijo uno de ellos. Esto es exactamente lo que pasó en mi
nuevo intento, que incluyó la implementación de varias columnas energéticas a
lo largo de la Gran Galería: todas ellas de repente desaparecieron...
-¿Cómo que desaparecieron? ¿Te
refieres a que volaron de repente ante sus ojos?
- Yo estaba en ese momento en la
Shetat (“cámara del rey”) para supervisar el dispositivo de reversión
incrustado en la puerta del horizonte (el conducto Sur). Las columnas de
energía estaban en funcionamiento. El escudo se había intensificado alrededor
de la Mer (pirámide), la puerta del horizonte se había abierto. Los contornos
del sarcófago de la cámara se hicieron transparentes y muy luminosos: los
enjambres de abejas que se encontraban en la habitación literalmente se
desintegrados ante mis ojos...
- ... Hasta que volvimos a verlas
nuevamente unos meses más tarde -continuó Aset- durante los dos proceso
divinos, el de las "puertas de luz" (envío de la onda) y el de
"la luz del horizonte" (el retorno de un alma al mundo). No son
visibles a nuestros ojos en el KI (tercera dimensión), pero sin embargo están
presentes en una dimensión paralela.
- Sí -reanudó Djehuti- pero esto
es totalmente inesperado, ya que ahora son una parte integral de la maquinaria
que es el Bit-Ra-Hem. Las abejas de Asar se fundieron dentro de ella. Desde
entonces, todo es más rápido de lo que dicta la lógica cuántica.
- Si el tiempo se acelera aún más,
mejor, ya que tengo que volver al sarcófago de Shetat (“cámara del rey”) -les
dije- Pero esta vez, ¡iré armado! Una fuerza desconocida me impide llegar a la
puerta del horizonte (el conducto Sur) y está equipada para el combate.
Meri no ocultó su nuevo temor:
- ¿Estás suficientemente entrenado
para eso? ¿Estás listo para hacerlo?
- ¿Listo para luchar?
- No, Heru -respondió Aset.
- Sí, está listo, mi madre
-respondió Sabu- Yo lo he preparado personalmente.
- ¡Basta ya con sus enigmas! Os
dejo ahora -anuncié.
- No quiero que Heru deguste el
sabor de las sustancias del más allá -añadió Aset.
- Esto es parte de sus
obligaciones, madre. No te preocupes, yo me ocupo de mi hermano y de su
aprendizaje. No va a ser tocado por el mal del más allá.
Ante esto, Meri se asomó a lo más
íntimo de mí ser; sus ojos eran los de una madre mirando a su hijo. Esta
atención materna me recordaba a mi infancia. Ella me agarró la mano con mucha
gracia. Sus manos estaban húmedas y su garganta estaba apretada. Aset dijo que
me ayudaría a descubrir a esta criatura en el Shetat, pero que lo haría desde
aquí, a la distancia. Ella nos sugirió que coloquemos las columnas de energía a
lo largo de la galería principal para comenzar a abrir la puerta del horizonte
en el KI (3D).
- Así, tendremos más oportunidades
de expulsar al agresor, haciendo que se aparezca en el KI -agregó ella.
La besé en la mejilla. Aset finalmente
susurró:
- Ve, mi amor, ve a buscar tus
raíces, pero no te pierdas en el camino. Vuelve a mi rápido.
Djehuti, Sabu y yo dejamos Nazaret
para introducirnos en los túneles y pasillos que nos llevaron hasta Hut-Benu
(la casa del Fénix), el cuarto secreto donde nos habíamos escondido después de
mi nacimiento mi madre y yo. Cada vez que paso por este lugar me da una
sensación extraña. Después de que nuestros dominios fueran parcialmente
invadidos por el agua, este era el único pasaje interno que conozco que lleva a
la Meshkenet (“cámara de la reina”) y al conjunto de la Bit-Ra-Hem (la Gran
Pirámide). Djehuti me dijo que existe otro, pero desconozco su ubicación.
Subimos los escalones de la
escalera de caracol. Bit-Ra-Hem ya no estaba en peligro, la losa que
normalmente cerraba el paso a la Meshkenet (“cámara de la reina”) había sido
retirada hacía varios años. Es aquí, en esta Meshkenet, que fui dado a luz por
la divina Aset.
En esta etapa Djehuti emitió la
señal de radio para hacer resonancia con las columnas. Se abrió la válvula que
se encuentra por debajo del puente de la Mer (pirámide) y el agua invadió la
Netra (habitación hidráulica) con un ruido ensordecedor que resonó en todo el
edificio. La turbina subterránea comenzó a girar proporcionando la energía que
puso a las columnas en funcionamiento. Un sonido de baja frecuencia comenzó a
inflarse para finalmente estabilizarse hasta casi escapar a nuestras
percepciones auditivas.
Djehuti nos dio la señal para
salir de la Meshkenet (cámara de la reina), lo cual hicimos, encorvándonos casi
hasta las rodillas para cruzar el estrecho paso. Llegamos a la oscura Gran
Galería, vallada en su jaula de metal, y comenzamos nuestro ascenso por debajo
de las imponentes columnas de energía. Destellos vivos, como relámpagos,
provinieron de la parte superior e iluminaron intermitentemente nuestro camino.[[2]]
Djehuti tenía una caja en la mano. Me dijo que “fijaba la resonancia” de
las columnas para conseguir la modulación correcta. Cuando llegamos a la Shetat
(“cámara del rey”), los dos Shemsu de mi hermano ya estaban presentes, uno de
ellos equipado con la famosa cerbatana de caña.
- ¿Qué debo hacer en particular?-
Le pregunté a Sabu mientras me instalaba en el sarcófago.
- Nada, mi hermano, excepto que no
puedas mantener tu cristal contigo. No olvides que el tiempo no tiene impacto
en tu viaje. Dondequiera que vayas, el tiempo no existe. ¿Tienes todas las
fórmulas en tu cabeza? Esto es esencial.
- ¡Sí!
- Si ves a la sombra de nuevo, no
ataques primero y trata de conversar con ella.
- ¡Ella no estaba de humor para
charlar en ese momento!
- Haz lo que te digo y veras.
- Es fácil decirlo, me encantaría
contar con tu presencia...
- Bien, buen viaje, hijo de Meri
-añadió Djehuti- Ve hacia el lugar donde tienes que ir al encuentro de lo que
tienes que encontrar. En cuanto a nosotros, vamos a garantizar la seguridad de
tu cuerpo aquí.
La cerbatana de caña de repente
apareció delante de mis narices. Sentí un fuerte dolor en mis fosas nasales, lo
que eventualmente desmaterializo mi cuerpo.
Mi mirada se fijó en el techo que
ya estaba comenzando a ondular y a brillar. No me atreví a salir de la litera
de piedra de inmediato. ¿Estaba ya en el otro lado? Las abejas no aparecían
hasta ese momento. Una sombra se me aproximó y me miró fijamente, yo temblaba.
Era Aset.
- ¿Estas bien?
- ¿Qué estás haciendo aquí?
- Te dije que yo te ayudaría, pero
no veo a nadie aquí.
- Madre, no te quedes aquí, yo me
las arreglaré. No pensé que serías tan real como en el KI.
- Este no es el momento para
hablar de esto. Eres tú quien no debería estar aquí, tu cuerpo ya siente las
alimañas.
- ¿Qué?
- ¡Tú no eres más que un idiota,
un idiota!
Me quedé asombrado por lo que
acababa de escuchar. ¿Esto es una prueba? Si ese es el caso, no estaba listo.
¿Qué juego se juega aquí? Ella no puede hablarme así, es imposible.
- ¿Dónde está tu coraje, cerdito?
Cerdo! Tu padre no te puede ayudar, yo lo destripé, de hecho fui yo quien lo
hizo. Yo bailé sobre su cuerpo, lo devoré y me oriné sobre él... Todo el mundo
piensa que fue tu tío, ¡pero fui yo!
Ante estas palabras, desenvainé mi
Uatch. Mi mano temblaba. ¡Esta no es Aset! Es su apariencia, pero no es ella.
Todo mi cuerpo temblaba sin saber por qué. Su arrogancia y su forma de hablar,
este sólo podía ser Setes! ¿Esta es la verdad? ¿Qué verdad?
- ¡Tu espada me excita, chico!
Tendrás que atravesar mi cuerpo, para saber si soy yo.
La aparición de Aset no estaba
armada. Tenía que hablar con ella como me aconsejó mi hermano. La situación era
imprevista. ¿Por qué las abejas no están aquí? Le pregunté:
- ¿Quién eres tú y qué es lo que
quieres?
- Soy claramente, tu paradoja y tu
pesadilla. ¿No soy tan bonita como tu amante?
- ¿Qué amante?
- ¡Tu madre amante! Tú debes saber
que no la haces disfrutar como yo...
- ¡Eso lo dudo! Oí de pronto una
segunda voz parecida a la de Meri.
Apenas oí esta respuesta el ser
desconocido cayo a mis pies. Mi madre, aparentemente la verdadera, se puso
delante de mí. Ella llamó al ser con ambas manos.
- Yo te prometí estar a tu lado.
No te preocupes más por él. Mira, la puerta está abierta, amado mío.
Me volví, la puerta del horizonte
brillaba como el sol y una luz brillante escapaba.
- No puedo salir de aquí, madre.
No con él.
- Yo lo conozco. De todos modos,
él no puede hacerme nada. Lo hemos purgado, déjanos, ¡déjanos!
Guarde a Uatch en su vaina y me
preparé para salir de la Bit-Ra-Hem. Djehuti, mi hermano y los dos Shemsu
aparecieron gradualmente en mi campo de visión. Sus movimientos eran bruscos,
como si la realidad de su KI tratara de sincronizar con la mía. El ser se
incorporó. Ya no llevaba el rostro de mi madre, su cara estaba en blanco, pero
yo sabía que era Setes. ¿Por qué es tan real? ¿Por qué es esta visión diferente
de la anterior? ¿Es en verdad una visión? Sin embargo, aún no he partido hacia
el otro lado. De hecho, ya estoy ... Setes se precipitó sobre Aset y trató de
atraparla. Él sacó un arma de la nada, una especie de hacha, pero era diferente
a la de la visión anterior. Cortó el aire con su poderosa arma. Salté en su
dirección, pero mis movimientos se ralentizan como en un mal sueño. Me encontré
finalmente sobre él. La sala estaba de repente bañada en un resplandor
cegador. Yo tenía su cuello entre mis manos, listo para apretarlo con todas mis
fuerzas, pero logró empujarme. Aquí me llamo la atención un brillo en la puerta
del horizonte. Setes es rápido: levantó el brazo para golpear a mi madre con su
arma. La decoración pareció cambiar y aparecieron las columnas. Comencé a caer,
a caer, pero tuve tiempo de ver su brazo
cayendo sobre Meri. Ella luchó y evitó el golpe. Mi hermano se acercó a Setes,
pero demasiado lento. Setes levantó su brazo nuevamente y lanzó su arma contra
Aset. Tuve tiempo para ver el terrible choque -yo soy pequeño, soy minúsculo;
la cabeza de Meri rodó sobre el suelo...
Estaba oscuro. Tenía frío. No
quería estar allí, ¡yo no podía esperar a volver! Trate de concentrarme para
salir, pero nada funcionaba. Mire a mi alrededor buscando el sol, Uras
(Tierra), o cualquier marcador astronómico, pero nada, nada. Espere...
Aparecieron las luces. Ellas formaron un túnel de luz cuyo brillo era
indescriptible. Supe que este pasaje era el que conducía a los antepasados.
Estaba a punto de presentarme, cuando una voz suave preguntó por mis
intenciones: "¿Qué quieres? ¿Qué haces aquí cuando no ha llegado tu
tiempo?". Yo respondí que
estaba allí para conocer a mi padre. No hubo respuesta, todo mi ser se sintió
atraído por el pasillo brillante. Me sentía muy bien, sin ser capaz de
explicarlo, aunque estaba preocupado y molesto. La luz era intensa pero muy
suave. Era de una claridad especial, sentía que la conocía desde siempre. Yo me
inmovilice de repente, sin saber por qué; comprendí que no puedo controlar mi
viaje. Una silueta apareció gradualmente, una cara lisa sin rasgos verdaderos
se reveló ante mí. Sin poder explicármelo, tuve la sensación de estar en
presencia de una entidad femenina:
- Aquí no hay ningún padre.
- Estoy preocupado, quiero ir más
rápido, ayúdame a volver al mundo de los vivos.
- ¿No estoy yo vivo también?
- Yo vi a mi madre morir delante
de mis ojos ...
- Ella está bien.
- ¿Qué quiere decir con que está
bien?
- Ella está bien.
- Bueno, ya que estoy aquí, quiero
conocer a mi padre. Tengo que hablar con él.
- Aquí no hay ningún padre.
- ¿Asar... Sa'am, Enki ...?
- Estos son los nombres de donde
provienes. ¿Conoces su nombre de las alturas?
- Abajo, fue mi padre, nuestro
fundador a quien llamamos Asar. El fundador de la A'amenptah (Atlántida) y
Kemet (Egipto).
- La persona que usted menciona no
se encuentra entre nosotros, él tiene mejores cosas que hacer allí abajo.
- No entiendo nada. ¿Puede ser más
específico, por favor?
- Yo no tengo el derecho de hablar
con usted, tengo que dejarlo ahora.
- No me dejes así ... ¿Dónde puedo
encontrar a Asar, mi padre?
La silueta se retiró hacia atrás,
hacia el vacío, sentí que ella me sonrió. Ella amablemente me rechazó, ¡a mí,
Heru, al hijo de Asar! El túnel se apartó a una velocidad vertiginosa, la
oscuridad, frío, comencé a caer ... Nada más ... Estaba en el ataúd de mi padre
...
Mi retorno se efectuó
precipitadamente y con estrés. Apenas había abierto los ojos los dos Shemsu de
Sabu me agarraron y me sacaron de la cama de Asar. Aset estaba allí, viva, ella
se lanzó a mis brazos, diciéndome: "¡Mi amor!" Estaba a punto de
contarles sobre mi viaje, pero Djehuti nos sacó a toda prisa de la habitación.
Retomó un animado debate que parecía haber tenido con mi madre durante mi viaje
al otro mundo:
- Mi reina, con el mayor respeto
que le debo, pienso que no es una buena idea. Debemos pensar y buscar otra
solución. Estoy seguro de encontrar una en un plazo razonable.
- No tenemos el tiempo que
solicitas. Bit-Ra-Hem tiene la capacidad para hacerlo, ¿no? -preguntó mi madre.
- Sí, por supuesto! Pero le
demandaremos una gran cantidad de una sola vez.
- ¿Más que en el momento del
nacimiento divino, mientras Setes nos atacaba?
- Sí, el bombardeo dentro
Bit-Ra-Hem será más intenso en ese momento y nos arriesgamos a extender el
tiempo, esto es lo que más me preocupa. Debería comprobar todo antes. Además,
otras aplicaciones se han realizado desde entonces. Bit-Ra-Hem regula nuestro
clima actual, si cambiamos la función de repente, nadie sabe lo que va resultar
desde un punto de vista meteorológico. Espero lo peor, mi reina.
- Estamos en guerra, Djehuti!
¿Está claro? Vamos a proteger nuestra propiedad y a nuestra gente. Tú
subestimas la ciencia Abgal. Bit-Ra-Hem nos protegerá de nuevo de nuestros
enemigos. Nadie tiene permiso para entrar con nosotros.
- ¿Puedo solicitar que se
presenten los Abgal, antes de iniciar la operación?
Mi madre pareció sorprendida ante
esta solicitud. No estaba acostumbrada a
que él le pida permiso, excepto cuando se trataba de mí. Ella hizo un
gesto a uno de los Shemsu para que vaya a buscar a dos de nuestros Abgal en el
acto. Sus ojos eran de color negro; ella miraba a Djehuti con insistencia.
- Podemos tener esta discusión en
su sala de audiencias, mi reina.
- No, ¡vamos a esperar y la
tendremos aquí!
- Bien, mi reina.
Le pregunté a Djehuti de qué se
trataba esta operación. Él respondió que mi madre quería aumentar la frecuencia
en el interior de Bit-Ra-Hem, que tendría el efecto de cancelar el potencial
gravitatorio de la pirámide. De esta manera, las puertas del horizonte se
bloquearían y nadie podría entrar con nosotros sin nuestro conocimiento.
Asimismo, añadió que nuestra reina había decidido ampliar el escudo
electromagnético protector de la Bit-Ra-Hem en el extremo norte del país. Este
es otro procedimiento que tenía que ser combinado con la de "potencial
cero" que había mencionado. Le pregunté si la Shetat (“cámara del rey”)
sería utilizable durante esta operación porque tenía la intención de regresar
al otro lado, mi viaje no había sido muy concluyente. Él contestó que no, que
era demasiado peligroso. Cuando le pregunté por qué, añadió que el vacío
potencial crearía rupturas en la materia...
Los dos Abgal llegaron rápidamente
y tuvimos que cortar nuestra conversación. Yo no puedo diferenciar a los
anfibios, debido a que se asemejan mucho. Estaban acompañados por una Nebet-Hut
curiosa y sonriente:
- ¿Me he perdido algo? ¿No se me
solicita más, mi hermana?- preguntó ella.
Oí a mi madre murmurar algo para
sí misma, y yo fui el único en percibirlo. El rostro de Nebet-Hut se endureció,
lo que presagiaba que tal vez había cogido el insulto. Aset abrió la boca para
hablar directamente con mi tía:
- ¿Dónde están los dos guardias
que suelen acompañarte?
- ¡Encerrados en mi apartamento y
totalmente desnudos! Les di un brebaje por mi cuenta. No recordaran nada...
- ¿Qué?!
- Bueno, como tú insistes, debo
confesar mi crimen, ya que sabrás el resultado final: Los he atado en mi cama.
Ellos esperan mi regreso para la última felación...
- Siempre tan insolente y
libertina, ¿no?
- Oye, ¡yo bromeo, hermana!
- No te preocupes, Meri. Nosotros
despedimos a los guardias y somos actualmente garantes de Nebet-Hut -dijo un
Abgal.
- Pero no de su humor -agregó el
otro anfibio, casi divertido.
- Ni de su imaginación desbordante
-dijo mi madre.
- Tú te subestimas realmente
acerca de tu imaginación y fantasía -respondió Nebet-Hut- Estoy segura de que
eres tan talentosa como yo, mi querida hermana. ¿Tal vez no lo haces
conscientemente?
Todos los ojos se volvieron hacia
Aset, como para captar su reacción. Como no hubo ninguna, los ojos curiosos
regresaron a mi tía y a su humor extraño. Mi madre respondió dirigiéndose al
Abgal:
- Bueno, ¿puedes tranquilizar a
Djehuti sobre la configuración en función de las columnas de energía
indefinidamente, y el bombardeo que se traducirá en el corazón de Bit-Ra-Hem?
También queremos saber si podemos aplicar este cambio, y por lo tanto cambiar
la función de la Bit-Ra-Hem sin que con ello se deteriore el clima de nuestro
país. ¿Es esto correcto, Djehuti?
- Sí, si utilizo la modulación de
punto de anclaje que ya conocen, me
gustaría saber si la colisión de los elementos, provocada durante varios meses,
¿no va a crear una radiación [¿radiactividad?] permanente e irreversible en la
Shetat (“cámara del rey”)?
- Después de parar la operación de
ajuste, los efectos de la ingravidez durarán varios años -dijo uno de los
anfibios- El núcleo de la Bit-Ra-Hem será difícilmente utilizable y sus puertas
serán igualmente inestables en todo momento. Nada más.
- Eso es exactamente lo que quiero
-respondió Aset.
- Eso es lo que sucederá -dijo el
otro Abgal.
- ¿Y para el clima?- preguntó
Djehuti.
- El clima está mejorando
gradualmente y naturalmente. La interrupción de la armonización climática
creado por la Bit-Ra-Hem no cambiará fundamentalmente nada.
- Bien, llévalo a cabo Djehuti
-mando mi madre- ¡Que los Abgal te asistan en esta maniobra!
Lo que acababa de oír me
emocionaba y me enervaba. Le pedí más información a Djehuti. Añadió que el
bombardeo extendido al corazón de la Bit-Ra-Hem podría causar cambios en los
núcleos atómicos de cualquier tipo de material: "Si un ser se encuentra
en este momento en el corazón de nuestra pirámide, se desintegrará, incluso tú,
Heru, con tu control sobre el poder del Niama (fuerza vital)".[[3]]
Finalmente le dije que no entendía mucho de todo esto, y me respondió que
era normal. Él interrumpió nuestra conversación propuso que lo acompañara a
Nashareth, porque tenía que centrarse en lo que tenía que hacer.
Djehuti tomó su transmisor y dio
la orden de iniciar la operación. Caminamos por la gran galería superando las
columnas de energía. Muchos de nuestros trabajadores se apresuraron a colocar
nuevas columnas y aumentar su número. Mi madre me dijo que el montaje sería
rápido. Ella parecía ansiosa. Su condición no se relacionaba con la decisión
que había tomado, sino con mi experiencia en el corazón del sarcófago. Debíamos
hablarlo. Nebet-Hut nos seguí de cerca. Meri le preguntó si no tenía nada que
hacer, y mi tía respondió que no. Mi madre la despidió y exigió a los Abgal que
la conduzcan a sus apartamentos.
De regreso en la casa de Meri, mi
madre y yo tuvimos una discusión sobre lo que había visto más allá del
horizonte de sucesos. Le expliqué todo lo que vi. Le hablé de esta presencia
que parecía femenina. Ella me dijo que ya la había conocido. Me sorprendió.
Aset me reveló entonces que después de la muerte de Asar, pasó tiempo tratando
de ponerse en contacto con él en la zona de Sah (Orion). Para mi sorpresa, me
dijo que lo había conseguido, y que fue uno de los momentos más bellos de su
existencia, después de tantas penas y decepciones. Le pregunté por qué buscaba
sobre Sah (Orion), mientras que los orígenes de nuestra familia estaban en
Septj (Sirio). Aset me dijo que nuestra carne está relacionada con Septj pero
nuestros espíritus están ligados a Sah, que nuestra familia celestial estaba
asentada en Sah, todas nuestras Nut-Bau (almas comunitarias).
Añadió que para entrar en contacto
con Asar, tenía que ir a través de esta entidad llena de solicitudes. Le dije
que la había encontrado bastante fría. Mi madre me respondió que si reaccionó
así, es porque mi solicitud no se me pudo conceder. Aset añadido que tendría
que confiar en esa entidad del Angal (Los Planos Superiores), porque es
importante.
Naturalmente, también hablamos de
la presencia ilegal de Setes en nuestro dominio real. Meri seguía consternada
por este descubrimiento: "¿No te das cuenta? Él debe saber algunos de
nuestros secretos. Todas nuestras decisiones durante varios meses en Nashareth
han llegado directamente a sus oídos. Él lo sabe todo, conoce mis secretos",
me dijo abatida. Aset añadió que pensaba que había traidores entre nosotros y
ahora se explicaba mejor por qué nuestros enemigos habían logrado frustrar
algunas de nuestras decisiones estratégicas. Yo no conocía los detalles de
estos casos, yo comencé a participar recientemente en nuestra vida política.
Pero esto demostró por qué sus tigres estaban nerviosos, y por qué mi tío había
matado de repente al herrero Mishak mientras yo estaba buscándolo; por lo tanto no mencionare su nombre aquí, en
nuestros apartamentos.
Le aseguré a la Reina del Trono, que
probablemente había tomado las mejores decisiones. Yo sin embargo, expresé el
deseo de salir más allá del horizonte de sucesos para conocer esta importante
entidad, para ganarme su confianza, y pedirle que me ponga en presencia de mi
padre. Meri estaba terriblemente molesta. El nuevo uso de nuestra Mer
(pirámide) nos impedía satisfacer mi deseo. Además, mi madre estaba segura de
que mi petición fue rechazada debido a que Asar ya no estaba presente en el
Angal (Plano Superior). Era yo quien ahora se sentía abatido. Meri parecía
realmente molesta al verme así. Ella me ofreció un trato. Una misión que
deseaba atribuirme de todos modos luego de haber participado en las operaciones
militares de la fuerza aérea de mi mayor. Una tarea domestica que, de repente, se
transformaba en un intercambio justo. Estoy seguro de que habría aceptado mi
petición, pero su plan era atractivo, y era tanto para ella como para mí una
cuestión capital. La venganza de una Amasutum con un temple como el de la Reina
del Trono es un plato que se sirve frío. Mi venganza fue también puesta en
marcha...
[1]
Vea la 9na parte, "La Montaña de Hathor y
el despertar del Fénix", del Testamento de la Virgen, para la
identificación probable del proceso. Estos son todos los datos sobre esta
discusión que me permitió hacer comentarios sobre las diversas técnicas que
podríamos considerar sobre la posible operación de la Gran Pirámide.
[2]
Esta escena y muchas otras, que hablan del
escudo de energía, dan testimonio de la presencia de las columnas de energía
que creaban grandes rayos en el techo de la galería principal, que aportaban la
energía necesaria para formar un escudo electromagnético alrededor de la
pirámide con el objetivo de protegerla. Estos elementos de varias visiones, y
ésta en particular, constituyen el punto de partida de la pista seguida en “El
Testamento de la Virgen” sobre las bobinas de Tesla o los pilares Djed (capítulo 6 de la 9na parte)
[3]
[89]. ¿Esta concentración de técnicas es
factible en vista de las tecnologías disponibles actualmente para nuestra
civilización? No tengo ni idea. Ya me he enfrentado a este problema al escribir
el Testamento de la Virgen y, como habitualmente hago le he dado crédito a la
información que había recibido. Como parte de la prueba planteada en El
Testamento de la Virgen, traté de explorar lo mejor que pude las diferentes
técnicas que se utilizan tanto para generar un escudo electromagnético y
capturar un alma definida en el espacio. Las posibilidades que se describen
aquí implican claramente que Bit-Ra-Hem (la Gran Pirámide) tendría otras
funciones que la de una simple máquina para reencarnar un alma. Este fenómeno
será confirmado en varias ocasiones en esta historia – yo no hago más que
transmitir los datos e informaciones grabadas en un lugar determinado. Los
lectores e investigadores tendrán la libertad de investigar sobre este asunto
para sacar sus propias conclusiones.
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