Hemos
discutido numerosas veces en la Asamblea. Escuché y oí buenas palabras,
pero las nobles palabras de cada uno no protegió las mías. El espectro de
la guerra nos ha traído hasta aquí y nuestra raza sacudió su mundo hasta sus
cimientos. Recuerdo bien todos esos discursos y las muchas promesas no
cumplidas. Tal herida se negó a curar, mi corazón siempre está lleno de
dolor, porque esta historia resuena en mí como un eco lejano.
Sa'am-Nudimmud-Enki-Asar
1ra
PARTE
EL
HEREDERO DE LOS USUMGAL
1
EN EL
SUEÑO DE BARBÉLÛ
"Ten cuidado de ignorarme! Porque yo
soy el primero y el último. Soy yo el que es honrado y el que es
despreciado. Soy la prostituta y venerable. Soy la esposa y la
virgen. Soy la madre y la hija... Esta soy yo (ella) que fue odiada
en todas partes y que fue amada en todas partes. Esta soy yo a la que
llaman "vida" y han llamado "la muerte". Esta soy yo
a la que llaman "la ley" y a la que llaman "la no-ley". Soy
yo la que ha seguido y soy yo la que ha introducido. Es a mí a quien han
dispersado y me han reunido... Soy yo aquello que es honrado, lo que es
bendito y lo que es despreciado.
Soy yo
la paz y es por mí que se produjo la guerra... Soy el descenso y es por mí
que nos elevaremos. Soy la condena y absolución. Yo, estoy sin
pecado, y la raíz del pecado viene de mí (12)”.
NH VI, 2 - El trueno, el intelecto perfecto
(extractos)
El 6 de
diciembre de 1945 se descubrió en el Alto Egipto, Shenesêt, cerca de Nag
Hammadi, un frasco grande que contenía una biblioteca de 13 volúmenes en
papiro, con 55 tratados para un total de 1196 páginas. Estos documentos
gnósticos, del término griego Gnosis "conocimiento". Estos manuscritos
están escritos en lengua copta y se evalúa su composición entre el siglo 3 y el
5 de nuestra era. Se estima que los textos originales fueron escritos en
griego (ahora extintos), datados en el siglo 2, quizás incluso antes, pero este
debate crea molestias alentando a pensar que los textos originales fueron
contemporáneos de los primeros textos bíblicos. Hoy en día, se discute la
identidad precisa de lo que se ocultó en estos valiosos documentos,
presumiblemente como copias de seguridad y distribución para las generaciones
futuras. Algunos piensan que esto sería obra de la comunidad Sethian. Es
fácil imaginar que las comunidades gnósticas en Egipto han ocultado estos
textos, estos grupos desaparecieron gradualmente durante las muchas persecuciones
infligidas por los primeros cristianos. Los múltiples incidentes que
acompañaron a la distribución de estos manuscritos pueden explicar porque
fueron por varias décadas enteramente desconocidos para el profano. Después de
muchas discusiones y transacciones, este lote de manuscritos se encuentra hoy
de nuevo reunidos en el Museo Copto del Cairo. A pesar de algunos
esfuerzos de traducción, especialmente en idioma Inglés, los textos de Nag
Hammadi todavía son inaccesibles y por lo tanto desconocido. Una especie de
conspiración de silencio envuelve a esta impresionante colección de antiguos
textos gnósticos, para la gran mayoría, completamente desconocidos hasta su
descubrimiento.
Era toda
una historia de descubrimiento, dos años más tarde, los escritos del Mar Muerto
que mostraban fuertes similitudes entre los Esenios y la iglesia cristiana
primitiva, donde se observan las mismas expectativas mesiánicas, los mismo
ritos o el mismo ideal moral, pero nada acerca de los manuscritos de Nag
Hammadi... Hay que decir que el contenido de los textos gnósticos,
especialmente los de Nag Hammadi no son coherentes con la idea propagada por la
religión judeocristiana. Nos encontramos con una divinidad comparada con el
Dios creador de la Tierra llamado el Demiurgo o Arconte, pero se lo considera
como un dios menor, un creador torpe del mundo y del cuerpo actual del Hombre.
El Demiurgo se da por Dios, sin embargo, no es el verdadero Dios, sino un
ángel malvado. El Demiurgo está rodeado por una multitud de ángeles a su
servicio, llevan el nombre de Arcontes, pero ellos mismos son solamente los
poderes del mal. Al igual que su líder, no conocen al verdadero Dios (la fuente
original) por lo que se toman a sí mismos por dioses! Nos enteramos de
que hay una emanación divina de tipo femenina llamada Sophia, griego la
"sabiduría", o Barbelo, quien llevó al proceso de la creación
original compuesta de la humanidad original y espiritual conducida
posteriormente a tomar los cuerpos de los animales, una humanidad se precipitó
sobre el mundo cruel de la materia bajo la influencia del Demiurgo y de sus
Arcontes celestes codiciosos y hostiles. En cuanto a Cristo, también muy
presente en los gnósticos, es por supuesto una especie de salvador, pero
también un revelador, es él quien reveló al mundo el verdadero Dios, así como
también la impostura del Demiurgo y sus Arcontes que gobiernan el mundo.
Durante
nuestra exploración, en cuanto a las Crónicas, regularmente volvemos a los
textos de Nag Hammadi, que proporcionan notables detalles sobre las
sacerdotisas Tiamata, asociada con Sophia / Barbeló (prototipo del Espíritu
Santo), así como de los Anunna transformados en Arcontes o en hijos de estos
últimos (los poderosos malignos) alrededor del Demiurgo o gran Arconte, el
"dios falso".
Gírkù-Tila Nuréa / Dili-ME-Ilimmu
En
nombre de la paz de los Gina'Abul, yo, Nuréa, hija de nuestra soberana Tiamata,
recibí el mandato de la Santa Madre Barbélu. Al término del ritual Darigi,
regresé de mi trance para reunirme a la transparencia del aire en el que
bordeaba la fuente de nuestra imagen.
Con mi
cristal Ugur firmemente sujeto entre mis manos, una procesión de dignatarios me
acompañó hacia una nave con forma de huevo con un intenso resplandor. Su propulsión
tempestuosa volcó todos mis sentidos. El aparato volante parecía emitir un
calor inusual que irradia mi cara y cada pulgada de mi piel. Toda
percepción era extrema hasta el punto de que me sobrecalentó de la cabeza a los
pies. El malestar se apoderó de mis sentidos del olfato y el gusto.
Un sabor salobre emanaba de la nave, por impulsos regulares, liberando un
olor amargo. Una nausea indescriptible y humillante para una piloto
experimentada como yo, se apodero de mí. Percibí el mínimo efecto
exterior como una ofensiva que debí soportar y vencer. Mis oídos silbaban
horriblemente. Wa, mi fiel guía, me tranquilizó y me puso en un asiento
que parecía incómodo. El veneno Kingu, siempre presente en mi cuerpo,
prolongaba sus efectos impredecibles, me confió el. Nada parecía
como antes. En nuestra partida hacia las alturas, me parecía escuchar el más
mínimo sonido, incluso el roce de una sombra.
¿Dónde
se oculta nuestra Santa Madre? La leyenda dice que su voluntad podía
sacudir lo profano como las montañas. Le rogué a la Fuente de los
Orígenes me preservara de su mirada fulminante. Mis hermanos Abgal, hijos
directos de nuestra Madre, eran los únicos Gina'abul que soportaban su
presencia. No había ningún misterio que pareciera escapar de ellos, ya
que fueron capaces de enfrentarse a los años oscuros de la Gran Guerra y más
allá.
Saran,
mi sobrina que yo consideraba como mi propia hija, estaba a mi lado. Con su
apoyo, imploré una y otra vez a la Fuente de toda la existencia que me apoyara
de cara a lo inexplicable.
Un
murmullo recorrió la atmósfera de nuestra nave. Una luz casi cegadora
apareció desde el exterior. El Palacio de Cristal observado durante mi
visita con los Namlu'u resurgió en la frontera del horizonte visible. [[1]]
Aterrizamos en una gigantesca sala cuyo aspecto sobrenatural parecía un sueño.
Débil, pero muy consciente, me levanté de alguna manera. Detrás de
mí, la nave desapareció envuelta en una sustancia nacarada que la hacía
invisible a nuestra realidad.
Finalmente
me encontré a mí misma detrás de los bastidores del tiempo de nuestra Madre de
los Orígenes, lejos de las miradas agresivas y las conspiraciones, en este
retiro donde ella se refugió en la espera interminable para derrotar el
mal. Aquí, en el borde de la eternidad, los ojos se deslizaban sobre
grandes columnas de mármol blancas, bañadas en luz difusa donde no podría
alcanzarle ninguna aflicción. Frente a mí grandes espejos se sucedían en
un desorden prodigioso, creando una especie de laberinto en el cual una voz
suave me invitó a caminar a través de él:
"Tu
cruzaras el impensable laberinto de reflejos que te separan de tus orígenes.
Eres una estrella masiva que quema sus últimas energías. Tú no te
extinguirás del todo. La radiación emitida por las últimas combustiones
persiguen el gas fuera de tu cuerpo, mientras que la gravedad atrae a la
materia hacia tu centro".
Yo me
introduje en el brillo infinito en busca de mi destino. Cada espejo se
movía hacia mi objetivo, reflejando la imagen invertida del psiqué [[2]]
dispuesto más adelante. La misteriosa voz continuó su descripción
cosmológica:
"La
fuerza de la gravedad supera el efecto de la presión. Tu corazón,
comprimido por la gravedad, se contrae y se calienta. Tú colapsaste en
una estrella mucho más pequeña, en una Estrella Oscura [[3]]. Tu
calentamiento expulsó las capas externas de tu cuerpo en el espacio.
Bloques de hierro que excedían el tamaño de grandes montañas se redujeron
a granos de arena. Tu sufriste la última Gibil'lásu (renovación de la
piel). Ahora pareces una enorme esfera hueca con un corazón brillante que gira
sobre sí mismo. Todo tu ser se transforma en un herrero celeste cuya
acción convierte todo en fusión. La materia sufre transformaciones
sucesivas de la Gran Obra para producir el hierro celestial por unos pocos
miles de Muanna (años)".
Un
torniquete invisible me comprimió por todas partes. Empecé a arrastrarme
por el suelo brillante. Las palabras recitadas de fondo en este caos de
reflejos parecían jugar con mi condición. Experimenté una forma de iniciación
destinada a convertirme en una Estrella Oscura, lista para dar a luz...
"Tu
núcleo ha finalmente agotado toda tu energía. La abrumadora fuerza de la
gravedad se vuelve irresistible. Tu corazón en fusión comienza a
comprimirse, aplastado por su propio peso. El momento sigue siendo fatal
e irreversible. Una serie de ondas de choque te perforarán de lado
a lado. Esta es la explosión. Producirás un destello brillante, una
radiación monstruosa [[4]] que va
a generar en un Udtar (segundo) mil millones de veces más energía que la
radiación de todas las estrellas de nuestra galaxia”.
La voz
se acercó inexorablemente a pesar de su resonancia amplificada por las columnas
de y los múltiples espejos. Sin dejar de observar los reflejos del camino
a seguir en las psiques, continué mi avance en cuatro patas como un penitente.
Del otro lado se encontraría Barbélu, Madre de todos nosotros.
"Tu
metamorfosis te transformara en un objeto a la vez masivo y compacto, intenso a
la atracción gravitacional... Tú eres de ahora en más la cosa más oscura
del universo: un Bùranna (agujero negro). Tú formas y retienes todo lo que está
en tu perímetro, incluso la luz. Tú atraes la materia que se
calienta y se disuelve en ti. El tiempo y el espacio ya no existen.
Tu vientre está listo para recibir la vida. Tu transformas y
extiendes la materia en tu seno para restituirla en un nuevo Universo".
Una
silueta deslumbrante se me apareció finalmente en uno de los espejos. Me
arrastré lentamente hacia ella. Ante mí estaba una pequeña escalera que
conducía a una plataforma. De pie, majestuosa y sobre todo colosal, la
silueta de Bärbélu tomó forma en una niebla difusa, como si estuviera lista
para devorarme. Su voz, esta vez muy cerca, rasgó mis entrañas.
- No
intentes contemplarme hija mía. Tus ojos no podrán soportarlo! Deja
que todo tu ser se acostumbre a mi presencia.
Yo permanecí
postrada, de cara contra el suelo, decidida a escuchar con atención a cada
palabra de la Madre de los Orígenes. Ella continuó:
- Mis
hijos Gina'abul están desafiando a la Fuente, como para obligarla
constantemente a manifestarse. Te necesito, Nuréa, para despertarlos. Tú
eres la única para llevar a cabo este papel. ¿Me puede dar ese privilegio?
- Estoy
dispuesta a ayudarle lo mejor que pueda Madre.
- Tu
debe saber que tu cuerpo va a tener que soportar una pesada carga igual a la
mía.
- Soy
muy consciente, - dije. Yo llevaré tu Luz Primaria.
Con la
cabeza hacia abajo, estiré los brazos para darle su viejo cristal.
- Bueno,
veo que llevas contigo mi Gírkù, el mismo que les entregue a tus hermanos Abgal
hace algún tiempo.
- Ugur
no me abandona jamás. Él es suyo naturalmente.
-
Gracias por cuidarlo. Guárdalo cuidadosamente hasta el día en que debas
pasárselo a alguien más. Ahora voy a aclarar algunos puntos. En las
épocas remotas de donde vengo, nuestros líderes estaban seguros de ser el resultado
de un mundo perfecto, donde el tiempo ya no existe, porque de acuerdo con esta
doctrina, cada uno de nosotros lo formamos. Nosotros, los Musidim, hemos
justamente fracturado nuestro propio tiempo sin pasar por una prueba previa,
sin ningún tipo de simulación o cálculos científicos. Las simulaciones de todos
modos han superado con creces el umbral de nuestro conocimiento en aquella
época. Poseemos las naves adecuadas capaces de cruzar los límites del
espacio y el tiempo y soportar el efecto de las fuerzas gravitacionales de los
comedores de mundos [[5]], pero
no poseemos la sabiduría necesaria para llevar a cabo este tipo de
experiencias. Nuestros antepasados creían que sin medida u observación,
ningún vínculo a la experiencia necesitaba ser expuesto. Los que pasaban
por los Bùranna (agujeros negros), mutaban y perdían su inmortalidad así como
una parte del conocimiento de nuestros orígenes. Ellos fueron separados de todo
por la distancia, así como por los horizontes de Bùranna. Sesgados de nuestro
tiempo y de la realidad fuente que opera en la base del árbol de nuestras
creaciones, estos individuos, que llamamos Kingalàm, imaginaron una sociedad de
trabajo y de exploración, que tenían como objetivo la obsesión por descubrir el
extraño mal que los afectaba. Sus numerosos pasajes por las grietas temporales
y la radiación a la que se expusieron les causaron mutaciones irreversibles
cuyas causas no comprendieron hasta mucho más tarde. Los Kingalàm
rápidamente perdieron la noción de nuestra realidad fuente. Ellos
irremediablemente portaban la muerte a su paso, sus defectos artificiales
resultaban en cadáveres de estrellas. Fueron creados para crear mundos o
para destruirlos? Los Kingalàm no entendían que sus viajes los hacían regresar
en el tiempo y cuanto más viajaban, más rompían los lazos con su realidad
original de la que nosotros formamos la matriz primordial. Además, la creación
de un nuevo Universo implica la aparición de un Universo con mutaciones
ligeramente diferentes al original, pero también la presencia de mundos menos
fértiles. Algunos, generado con demasiado material colapsan junto a sus
creadores... Todas estas variantes implican a diferentes mundos donde las
leyes de la física no son necesariamente las mismas que las nuestra, en un factor
adicional para explicar la mutación Kingalàm. Por nuestra parte, con nuestros
viajes paralelos, en busca de nuestros exploradores perdidos persiguiendo el
origen de los Kingalàm, nos limitamos a nosotros mismos a hacer posible una
sola realidad: la nuestra! Por ignorancia, separando nuestro mundo fuente de
sus creaciones - despreciando toda interacción entre nuestro universo y el de
los Kingalàm - nosotros también, separados de nuestras raíces hemos contribuido
a suprimir las alternativas de influencias mutuas. De alguna manera hemos
compartimentado el infinito. La máquina Zida, ella misma, participó en este
fracaso científico. Otras máquinas de este tipo existían antes de los soberanos
Pistés y Éa'am. No hicimos más que retomar una vieja experiencia abortiva.
Una experiencia abandonada ya que esta crea estados de superposición.
El efecto contra-rotativo de esta máquina infernal alinea las formas en
muchos niveles de la realidad. Por otra parte, la realidad de sus
ocupantes se encuentra fuera de cualquier control externo. Los pilotos se
encuentran simultáneamente en diferentes estados y en el caso de una
desincronización, terminan vibrando como las ondas en múltiples frecuencias
simultáneamente. He experimentado este estado cuando salí de Zida para
comprobar la luz exterior creada por Suhia. Mi destino se detuvo con el de
nuestra civilización. Eso no es todo, tú no tienes que saber que este
tipo de máquina genera no sólo los estados de superposiciones, sino que también
lo hace en calidad del simulador. Puede producir espacios híbridos, es
decir, mundos modelados sobre los conocimientos y pensamientos de sus
ocupantes. Una monstruosa máquina capaz de encadenarse, infinitamente, a
la secuencia de acciones de decisiones distintas tomadas de la experiencia de
sus viajeros... El espacio-tiempo puede deformarse lo suficiente como para
transportarnos a cualquier lugar; la mente puede hacer lo mismo y crear todo.
Tú te encuentras en este momento en mi sueño, en una realidad paralela,
pero concreta. Cuando frecuentamos este dispositivo, con el que te
mantienes conectada por siempre, nada puede interponerse en nuestra mente...
Es un poco como darse una cita diaria con uno mismo en cualquier parte
del universo.
- Madre,
sin embargo esta máquina ya no existe, Suhia la destruyo para salvar a Éa'am.
- Eso es
correcto, pero en cual realidad? Como te anuncié, la máquina Zida alinea
las formas en diferentes niveles de la realidad, ella misma anida en varias
realidades. Su traza continúa, su interacción se perpetúa en el tiempo y el
espacio.
- Así
que Éa'am probablemente no será liberado de la máquina... - dije sufrida.
- Suhia
lo liberó de su noche hermética, es por eso necesito tu ayuda. Si no
hacemos nada, será tragado por la autoridad Usumgal o incluso por los Kingu.
- ¿Por
qué no se ha dirigido a su hija Tiamata? - pregunté. Su dedicación a la
causa de los Kadistu (planificadores) y de las hembras Gina'abul se mantiene
firme.
- Ningún
imperio puede entretener a dos soberanas como su cabeza. Uno de los dos
finalmente reclamaría el poder supremo. Tu madre Tiamata tiene bastante
que hacer y ella está lo suficientemente involucrada en el mundo de los Usumgal.
Cada uno de ellos mira sus movimientos todo el tiempo. Tengo que
trabajar junto a ti.
- ¿Qué
puedo hacer yo para ayudarle o mi madre?
- Te lo
explicaré ahora. Levántate hija mía.
Miré
hacia arriba gradualmente para enfrentar a Barbélu. No puedo describir con
palabras lo que mis ojos veían en ese momento, o incluso revelar nuestro pacto
[[6]]. La
angustia de nuestra Madre seguía siendo grande a pesar de las edades.
Acepté la difícil tarea de liberar su Ba (alma) de las manchas que su
cuerpo portaba desde su caída a este tiempo desconocido que es el nuestro.
Ella y yo estábamos hundiéndonos en la Noche de los Mundos, en una luz
fría y sangrienta, en busca de nuestro hermano perdido...
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