jueves, 21 de julio de 2016

T1 P1 C1 EN EL SUEÑO DE BARBÉLÛ

Hemos discutido numerosas veces en la Asamblea.  Escuché y oí buenas palabras, pero las nobles palabras de cada uno no protegió las mías.  El espectro de la guerra nos ha traído hasta aquí y nuestra raza sacudió su mundo hasta sus cimientos. Recuerdo bien todos esos discursos y las muchas promesas no cumplidas.  Tal herida se negó a curar, mi corazón siempre está lleno de dolor, porque esta historia resuena en mí como un eco lejano.
Sa'am-Nudimmud-Enki-Asar

1ra PARTE

EL HEREDERO DE LOS USUMGAL

1
EN EL SUEÑO DE BARBÉLÛ

"Ten cuidado de ignorarme!  Porque yo soy el primero y el último.  Soy yo el que es honrado y el que es despreciado.  Soy la prostituta y venerable.  Soy la esposa y la virgen.  Soy la madre y la hija... Esta soy yo (ella) que fue odiada en todas partes y que fue amada en todas partes.  Esta soy yo a la que llaman "vida" y han llamado "la muerte".  Esta soy yo a la que llaman "la ley" y a la que llaman "la no-ley". Soy yo la que ha seguido y soy yo la que ha introducido.  Es a mí a quien han dispersado y me han reunido... Soy yo aquello que es honrado, lo que es bendito y lo que es despreciado.
Soy yo la paz y es por mí que se produjo la guerra... Soy el descenso y es por mí que nos elevaremos.  Soy la condena y absolución.  Yo, estoy sin pecado, y la raíz del pecado viene de mí (12)”.
NH VI, 2 - El trueno, el intelecto perfecto (extractos)

El 6 de diciembre de 1945 se descubrió en el Alto Egipto, Shenesêt, cerca de Nag Hammadi, un frasco grande que contenía una biblioteca de 13 volúmenes en papiro, con 55 tratados para un total de 1196 páginas. Estos documentos gnósticos, del término griego Gnosis "conocimiento". Estos manuscritos están escritos en lengua copta y se evalúa su composición entre el siglo 3 y el 5 de nuestra era.  Se estima que los textos originales fueron escritos en griego (ahora extintos), datados en el siglo 2, quizás incluso antes, pero este debate crea molestias alentando a pensar que los textos originales fueron contemporáneos de los primeros textos bíblicos.  Hoy en día, se discute la identidad precisa de lo que se ocultó en estos valiosos documentos, presumiblemente como copias de seguridad y distribución para las generaciones futuras. Algunos piensan que esto sería obra de la comunidad Sethian. Es fácil imaginar que las comunidades gnósticas en Egipto han ocultado estos textos, estos grupos desaparecieron gradualmente durante las muchas persecuciones infligidas por los primeros cristianos.  Los múltiples incidentes que acompañaron a la distribución de estos manuscritos pueden explicar porque fueron por varias décadas enteramente desconocidos para el profano. Después de muchas discusiones y transacciones, este lote de manuscritos se encuentra hoy de nuevo reunidos en el Museo Copto del Cairo.  A pesar de algunos esfuerzos de traducción, especialmente en idioma Inglés, los textos de Nag Hammadi todavía son inaccesibles y por lo tanto desconocido. Una especie de conspiración de silencio envuelve a esta impresionante colección de antiguos textos gnósticos, para la gran mayoría, completamente desconocidos hasta su descubrimiento.
Era toda una historia de descubrimiento, dos años más tarde, los escritos del Mar Muerto que mostraban fuertes similitudes entre los Esenios y la iglesia cristiana primitiva, donde se observan las mismas expectativas mesiánicas, los mismo ritos o el mismo ideal moral, pero nada acerca de los manuscritos de Nag Hammadi... Hay que decir que el contenido de los textos gnósticos, especialmente los de Nag Hammadi no son coherentes con la idea propagada por la religión judeocristiana. Nos encontramos con una divinidad comparada con el Dios creador de la Tierra llamado el Demiurgo o Arconte, pero se lo considera como un dios menor, un creador torpe del mundo y del cuerpo actual del Hombre.  El Demiurgo se da por Dios, sin embargo, no es el verdadero Dios, sino un ángel malvado.  El Demiurgo está rodeado por una multitud de ángeles a su servicio, llevan el nombre de Arcontes, pero ellos mismos son solamente los poderes del mal. Al igual que su líder, no conocen al verdadero Dios (la fuente original) por lo que se toman a sí mismos por dioses!  Nos enteramos de que hay una emanación divina de tipo femenina llamada Sophia, griego la "sabiduría", o Barbelo, quien llevó al proceso de la creación original compuesta de la humanidad original y espiritual conducida posteriormente a tomar los cuerpos de los animales, una humanidad se precipitó sobre el mundo cruel de la materia bajo la influencia del Demiurgo y de sus Arcontes celestes codiciosos y hostiles. En cuanto a Cristo, también muy presente en los gnósticos, es por supuesto una especie de salvador, pero también un revelador, es él quien reveló al mundo el verdadero Dios, así como también la impostura del Demiurgo y sus Arcontes que gobiernan el mundo.
Durante nuestra exploración, en cuanto a las Crónicas, regularmente volvemos a los textos de Nag Hammadi, que proporcionan notables detalles sobre las sacerdotisas Tiamata, asociada con Sophia / Barbeló (prototipo del Espíritu Santo), así como de los Anunna transformados en Arcontes o en hijos de estos últimos (los poderosos malignos) alrededor del Demiurgo o gran Arconte, el "dios falso".

Gírkù-Tila Nuréa / Dili-ME-Ilimmu

En nombre de la paz de los Gina'Abul, yo, Nuréa, hija de nuestra soberana Tiamata, recibí el mandato de la Santa Madre Barbélu. Al término del ritual Darigi, regresé de mi trance para reunirme a la transparencia del aire en el que bordeaba la fuente de nuestra imagen.
Con mi cristal Ugur firmemente sujeto entre mis manos, una procesión de dignatarios me acompañó hacia una nave con forma de huevo con un intenso resplandor. Su propulsión tempestuosa volcó todos mis sentidos. El aparato volante parecía emitir un calor inusual que irradia mi cara y cada pulgada de mi piel.  Toda percepción era extrema hasta el punto de que me sobrecalentó de la cabeza a los pies. El malestar se apoderó de mis sentidos del olfato y el gusto.  Un sabor salobre emanaba de la nave, por impulsos regulares, liberando un olor amargo.  Una nausea indescriptible y humillante para una piloto experimentada como yo, se apodero de mí.  Percibí el mínimo efecto exterior como una ofensiva que debí soportar y vencer.  Mis oídos silbaban horriblemente. Wa, mi fiel guía, me tranquilizó y me puso en un asiento que parecía incómodo.  El veneno Kingu, siempre presente en mi cuerpo, prolongaba sus efectos impredecibles, me confió el.   Nada parecía como antes.  En nuestra partida hacia las alturas, me parecía escuchar el más mínimo sonido, incluso el roce de una sombra.
¿Dónde se oculta nuestra Santa Madre?  La leyenda dice que su voluntad podía sacudir lo profano como las montañas.  Le rogué a la Fuente de los Orígenes me preservara de su mirada fulminante.  Mis hermanos Abgal, hijos directos de nuestra Madre, eran los únicos Gina'abul que soportaban su presencia.  No había ningún misterio que pareciera escapar de ellos, ya que fueron capaces de enfrentarse a los años oscuros de la Gran Guerra y más allá.
Saran, mi sobrina que yo consideraba como mi propia hija, estaba a mi lado. Con su apoyo, imploré una y otra vez a la Fuente de toda la existencia que me apoyara de cara a lo inexplicable.
Un murmullo recorrió la atmósfera de nuestra nave.  Una luz casi cegadora apareció desde el exterior.  El Palacio de Cristal observado durante mi visita con los Namlu'u resurgió en la frontera del horizonte visible. [[1]] Aterrizamos en una gigantesca sala cuyo aspecto sobrenatural parecía un sueño.  Débil, pero muy consciente, me levanté de alguna manera.  Detrás de mí, la nave desapareció envuelta en una sustancia nacarada que la hacía invisible a nuestra realidad.
Finalmente me encontré a mí misma detrás de los bastidores del tiempo de nuestra Madre de los Orígenes, lejos de las miradas agresivas y las conspiraciones, en este retiro donde ella se refugió en la espera interminable para derrotar el mal. Aquí, en el borde de la eternidad, los ojos se deslizaban sobre grandes columnas de mármol blancas, bañadas en luz difusa donde no podría alcanzarle ninguna aflicción. Frente a mí grandes espejos se sucedían en un desorden prodigioso, creando una especie de laberinto en el cual una voz suave me invitó a caminar a través de él:
"Tu cruzaras el impensable laberinto de reflejos que te separan de tus orígenes.  Eres una estrella masiva que quema sus últimas energías.  Tú no te extinguirás del todo.  La radiación emitida por las últimas combustiones persiguen el gas fuera de tu cuerpo, mientras que la gravedad atrae a la materia hacia tu centro".
Yo me introduje en el brillo infinito en busca de mi destino.  Cada espejo se movía hacia mi objetivo, reflejando la imagen invertida del psiqué [[2]] dispuesto más adelante.  La misteriosa voz continuó su descripción cosmológica:
"La fuerza de la gravedad supera el efecto de la presión.  Tu corazón, comprimido por la gravedad, se contrae y se calienta.  Tú colapsaste en una estrella mucho más pequeña, en una Estrella Oscura [[3]]. Tu calentamiento expulsó las capas externas de tu cuerpo en el espacio.  Bloques de hierro que excedían el tamaño de grandes montañas se redujeron a granos de arena.  Tu sufriste la última Gibil'lásu (renovación de la piel). Ahora pareces una enorme esfera hueca con un corazón brillante que gira sobre sí mismo.  Todo tu ser se transforma en un herrero celeste cuya acción convierte todo en fusión.  La materia sufre transformaciones sucesivas de la Gran Obra para producir el hierro celestial por unos pocos miles de Muanna (años)".
Un torniquete invisible me comprimió por todas partes.  Empecé a arrastrarme por el suelo brillante.  Las palabras recitadas de fondo en este caos de reflejos parecían jugar con mi condición. Experimenté una forma de iniciación destinada a convertirme en una Estrella Oscura, lista para dar a luz...
"Tu núcleo ha finalmente agotado toda tu energía.  La abrumadora fuerza de la gravedad se vuelve irresistible.  Tu corazón en fusión comienza a comprimirse, aplastado por su propio peso.  El momento sigue siendo fatal e irreversible.   Una serie de ondas de choque te perforarán de lado a lado.  Esta es la explosión.  Producirás un destello brillante, una radiación monstruosa [[4]] que va a generar en un Udtar (segundo) mil millones de veces más energía que la radiación de todas las estrellas de nuestra galaxia”.
La voz se acercó inexorablemente a pesar de su resonancia amplificada por las columnas de y los múltiples espejos.  Sin dejar de observar los reflejos del camino a seguir en las psiques, continué mi avance en cuatro patas como un penitente.  Del otro lado se encontraría Barbélu, Madre de todos nosotros.
"Tu metamorfosis te transformara en un objeto a la vez masivo y compacto, intenso a la atracción gravitacional...  Tú eres de ahora en más la cosa más oscura del universo: un Bùranna (agujero negro). Tú formas y retienes todo lo que está en tu perímetro, incluso la luz.   Tú atraes la materia que se calienta y se disuelve en ti.  El tiempo y el espacio ya no existen.  Tu vientre está listo para recibir la vida.  Tu transformas y extiendes la materia en tu seno para restituirla en un nuevo Universo".
Una silueta deslumbrante se me apareció finalmente en uno de los espejos.  Me arrastré lentamente hacia ella.  Ante mí estaba una pequeña escalera que conducía a una plataforma.  De pie, majestuosa y sobre todo colosal, la silueta de Bärbélu tomó forma en una niebla difusa, como si estuviera lista para devorarme. Su voz, esta vez muy cerca, rasgó mis entrañas.
- No intentes contemplarme hija mía.  Tus ojos no podrán soportarlo!  Deja que todo tu ser se acostumbre a mi presencia.
Yo permanecí postrada, de cara contra el suelo, decidida a escuchar con atención a cada palabra de la Madre de los Orígenes. Ella continuó:
- Mis hijos Gina'abul están desafiando a la Fuente, como para obligarla constantemente a manifestarse. Te necesito, Nuréa, para despertarlos.  Tú eres la única para llevar a cabo este papel. ¿Me puede dar ese privilegio?
- Estoy dispuesta a ayudarle lo mejor que pueda Madre.
- Tu debe saber que tu cuerpo va a tener que soportar una pesada carga igual a la mía.
- Soy muy consciente, - dije.  Yo llevaré tu Luz Primaria.
Con la cabeza hacia abajo, estiré los brazos para darle su viejo cristal.
- Bueno, veo que llevas contigo mi Gírkù, el mismo que les entregue a tus hermanos Abgal hace algún tiempo.
- Ugur no me abandona jamás.  Él es suyo naturalmente.
- Gracias por cuidarlo.  Guárdalo cuidadosamente hasta el día en que debas pasárselo a alguien más. Ahora voy a aclarar algunos puntos.  En las épocas remotas de donde vengo, nuestros líderes estaban seguros de ser el resultado de un mundo perfecto, donde el tiempo ya no existe, porque de acuerdo con esta doctrina, cada uno de nosotros lo formamos.  Nosotros, los Musidim, hemos justamente fracturado nuestro propio tiempo sin pasar por una prueba previa, sin ningún tipo de simulación o cálculos científicos. Las simulaciones de todos modos han superado con creces el umbral de nuestro conocimiento en aquella época.  Poseemos las naves adecuadas capaces de cruzar los límites del espacio y el tiempo y soportar el efecto de las fuerzas gravitacionales de los comedores de mundos [[5]], pero no poseemos la sabiduría necesaria para llevar a cabo este tipo de experiencias. Nuestros antepasados ​​creían que sin medida u observación, ningún vínculo a la experiencia necesitaba ser expuesto. Los que pasaban por los Bùranna (agujeros negros), mutaban y perdían su inmortalidad así como una parte del conocimiento de nuestros orígenes. Ellos fueron separados de todo por la distancia, así como por los horizontes de Bùranna. Sesgados de nuestro tiempo y de la realidad fuente que opera en la base del árbol de nuestras creaciones, estos individuos, que llamamos Kingalàm, imaginaron una sociedad de trabajo y de exploración, que tenían como objetivo la obsesión por descubrir el extraño mal que los afectaba. Sus numerosos pasajes por las grietas temporales y la radiación a la que se expusieron les causaron mutaciones irreversibles cuyas causas no comprendieron hasta mucho más tarde.  Los Kingalàm rápidamente perdieron la noción de nuestra realidad fuente. Ellos irremediablemente portaban la muerte a su paso, sus defectos artificiales resultaban en cadáveres de estrellas.  Fueron creados para crear mundos o para destruirlos? Los Kingalàm no entendían que sus viajes los hacían regresar en el tiempo y cuanto más viajaban, más rompían los lazos con su realidad original de la que nosotros formamos la matriz primordial. Además, la creación de un nuevo Universo implica la aparición de un Universo con mutaciones ligeramente diferentes al original, pero también la presencia de mundos menos fértiles. Algunos, generado con demasiado material colapsan junto a sus creadores... Todas estas variantes implican a diferentes mundos donde las leyes de la física no son necesariamente las mismas que las nuestra, en un factor adicional para explicar la mutación Kingalàm. Por nuestra parte, con nuestros viajes paralelos, en busca de nuestros exploradores perdidos persiguiendo el origen de los Kingalàm, nos limitamos a nosotros mismos a hacer posible una sola realidad: la nuestra! Por ignorancia, separando nuestro mundo fuente de sus creaciones - despreciando toda interacción entre nuestro universo y el de los Kingalàm - nosotros también, separados de nuestras raíces hemos contribuido a suprimir las alternativas de influencias mutuas. De alguna manera hemos compartimentado el infinito. La máquina Zida, ella misma, participó en este fracaso científico. Otras máquinas de este tipo existían antes de los soberanos Pistés y Éa'am.  No hicimos más que retomar una vieja experiencia abortiva.  Una experiencia abandonada ya que esta crea estados de superposición.  El efecto contra-rotativo de esta máquina infernal alinea las formas en muchos niveles de la realidad.  Por otra parte, la realidad de sus ocupantes se encuentra fuera de cualquier control externo.  Los pilotos se encuentran simultáneamente en diferentes estados y en el caso de una desincronización, terminan vibrando como las ondas en múltiples frecuencias simultáneamente.  He experimentado este estado cuando salí de Zida para comprobar la luz exterior creada por Suhia. Mi destino se detuvo con el de nuestra civilización.  Eso no es todo, tú no tienes que saber que este tipo de máquina genera no sólo los estados de superposiciones, sino que también lo hace en calidad del simulador.  Puede producir espacios híbridos, es decir, mundos modelados sobre los conocimientos y pensamientos de sus ocupantes.  Una monstruosa máquina capaz de encadenarse, infinitamente, a la secuencia de acciones de decisiones distintas tomadas de la experiencia de sus viajeros... El espacio-tiempo puede deformarse lo suficiente como para transportarnos a cualquier lugar; la mente puede hacer lo mismo y crear todo.  Tú te encuentras en este momento en mi sueño, en una realidad paralela, pero concreta.  Cuando frecuentamos este dispositivo, con el que te mantienes conectada por siempre, nada puede interponerse en nuestra mente...  Es un poco como darse una cita diaria con uno mismo en cualquier parte del universo.
- Madre, sin embargo esta máquina ya no existe, Suhia la destruyo para salvar a Éa'am.
- Eso es correcto, pero en cual realidad?  Como te anuncié, la máquina Zida alinea las formas en diferentes niveles de la realidad, ella misma anida en varias realidades. Su traza continúa, su interacción se perpetúa en el tiempo y el espacio.
- Así que Éa'am probablemente no será liberado de la máquina... - dije sufrida.
- Suhia lo liberó de su noche hermética, es por eso necesito tu ayuda.  Si no hacemos nada, será tragado por la autoridad Usumgal o incluso por los Kingu.
- ¿Por qué no se ha dirigido a su hija Tiamata? -  pregunté. Su dedicación a la causa de los Kadistu (planificadores) y de las hembras Gina'abul se mantiene firme.
- Ningún imperio puede entretener a dos soberanas como su cabeza.  Uno de los dos finalmente reclamaría el poder supremo.  Tu madre Tiamata tiene bastante que hacer y ella está lo suficientemente involucrada en el mundo de los Usumgal.  Cada uno de ellos mira sus movimientos todo el tiempo.  Tengo que trabajar junto a ti.
- ¿Qué puedo hacer yo para ayudarle o mi madre?
- Te lo explicaré ahora.  Levántate hija mía.
Miré hacia arriba gradualmente para enfrentar a Barbélu. No puedo describir con palabras lo que mis ojos veían en ese momento, o incluso revelar nuestro pacto [[6]]. La angustia de nuestra Madre seguía siendo grande a pesar de las edades.  Acepté la difícil tarea de liberar su Ba (alma) de las manchas que su cuerpo portaba desde su caída a este tiempo desconocido que es el nuestro.  Ella y yo estábamos hundiéndonos en la Noche de los Mundos, en una luz fría y sangrienta, en busca de nuestro hermano perdido...




[1] [1]. Ref. El viaje de Nurea con los Namlú'u en el Libro de Nuréa en la página 80.
[2]  [2]. El psiqué es un gran espejo, a veces de inclinación, en el que se puede ver desde el nivel del piso.
[3] [9]. Una estrella roja masiva.
[4] [10]. Una explosión de rayos gamma.
[5] [11]. Los agujeros negros.
[6] [12]. Pacto que se dio a conocer al final del libro, en una parte reintegrada en esta nueva edición completa.

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