miércoles, 18 de noviembre de 2015

EL DESPERTAR DEL FENIX 1ra Parte INSTRUCCIONES DEL HALCÓN CAPITULO 2 PRIMERA ENTRADA DE HERU.

EL DESPERTAR DEL FENIX

1ra ParteINSTRUCCIONES DEL HALCÓN

CAPITULO 2 PRIMERA ENTRADA DE HERU


'' En los tiempos en que reinaba, y con justicia, Osiris, fue asesinado por su hermano Tifón (Seth), hombre violento e injusto [...] Pero Isis, esposa y hermana de Osiris, con la asistencia de su hijo Horus, se comprometieron a vengar a su marido de este atroz atentado [. . .]"(1).
Fragmentos de la Historia Universal de Diodoro de Sicilia

"Tu posees el poder, tu posees la eficacia, oh Horus, señor de la piedra verde!"(2).
Textos de las Pirámides, 301, línea 457.

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Yo, Heru, hijo de la altísima Aset (Isis) - la hija y heredera de mi abuela Nut - tomo posesión, desde este día, del cristal de mi póstumo progenitor, el venerado Asar (Sa'am- Osiris). El título de este augusto objeto es Ugur, sin embargo, desde que se encuentra en Tierra Santa, mi progenitor le otorgó el nombre de Uatch. [[1]] Desde la muerte de nuestro padre, ella sostuvo en la mano el venerable objeto con el que dirigió el País de la Luz. En este día de mi 16 avo año terrestre, momento solemne cuando entras en mi posesión, yo juro en tu nombre, Uatch, que te manejaré como un equipamiento formidable para superar a nuestros enemigos, los hijos de la oscuridad de los países que se encuentran más allá del desierto.
Crecí en constante temor de ser derribado por mi tío Setes (Seth-Enlil) y sus sanguinarios seguidores. Aset (Isis) la grande, me ha preservado continuamente de un peligro mortal. He sido el objeto de una ternura constante y deseable. Me dejo absorber por su amor penetrante, por sus labios cálidos y suaves.
Mis cuatro primeros años, mi progenitora y yo, los pasamos por los grandes pantanos que se mezclan con el mar, en Mehti (Delta del Nilo), en el extremo norte del País de la Luz [[2]]. Mi madre había abandonado a sus dos tigresas, "Sasha" y "Udja" se las confió a Djehuti (Thoth). Aset terminaría aislada del resto del mundo, con mi persona como única atención, lejos de las voces ruidosas y de las miradas pervertidas de la corte y del Gigal subterráneo. Sólo Djehuti (Thoth) y mi segunda diseñadora, Nebet-Hut (Neftis-Inanna), vinieron a visitarnos y a conocer nuestros diferentes lugares de retiro. Nos trasladamos a menudo para evitar ser localizados por eventuales enemigos. Mi progenitora y yo estuvimos alojados en chozas circulares de caña que confeccionábamos nosotros o en cabañas de madera encaramadas en los árboles.
Partimos en la madrugada en nuestra pequeña embarcación. A mi divina madre le encantaba verme como izaba valientemente la vela cuadrada y observarla batiéndose con el viento. Ella reía cuando me mostraba con orgullo la pieza de tela de lino, orgullosa de haber hecho una hazaña indescriptible. Nuestro barco nos llevaba, con la brisa de la mañana y la lluvia incesante, por nuestro país, luego del tránsito de Benu Celeste (el Fénix).[[3]10]. Me acurrucaba contra su cuerpo, e inspiraba su aroma profundamente sensual para ahogarme en él. Su sonrisa brillante, sus ojos verdes y su calor apasionado marcaron mi más tierna infancia. Nos observábamos cara a cara cuando la lluvia cesa momentáneamente en su constante ruido. A continuación, el susurro de un millar de árboles susurrando en nuestros oídos mientras que un suave murmullo suena dulcemente a los lados de nuestro barco mientras dormimos la siesta.
La luz ámbar de la madrugada y las estrellas del vasto cielo amenazante eran parte de la vida cotidiana. Ta-Meh ("el país del Norte", el Delta) tiene un aire aterciopelado y un pesado olor del suelo húmedo y fértil. El viento a menudo nos trae los sabores de las tierras que vamos dejando atrás. En medio de las sombras entrelazadas por los papiros y cañas, así como el aire cargado de aromas de flores silvestres, aprendí a reconocer diferentes animales y a comunicarme con ellos. Mi madre me enseñó el lenguaje de los pájaros. Yo vibraba con sus palabras, tenía sed de cultura y la pasión que ella me aportaba. Es en este universo de luz media-verde media-azulada, donde el polvo se levanta a orillas de los afluentes del fructífero laúd-A (el Nilo), he aprendido sobre la suavidad y la dureza de la vida. Fui picado por un escorpión en esa época, pero no lo recuerdo. Mi divina progenitora me trató con uno de sus remedios, y gracias a su gran conocimiento de las plantas medicinales.
Un largo velo blanco cubría la peluca de fibra ocre que le caía por la espalda. Aset caminaba descalza, o bien ella llevaba sus sandalias finas tejidas con hojas de palma. A lo largo de este período maravilloso, la mirada que mostraba no era la de hoy. En el presente, ella está en sobre su trono, frente a nosotros que nos postramos a sus pies, sus ojos están sombreados de verde y delineados en negro. Mi madre es la cabeza de todo un extenso pueblo y de un personal considerable. La imagen divina que ella encarna es incomparable y exige mucho cuidado.
Tanto en Mehti (Delta del Nilo), como en el corazón de la ciudad subterránea del Gigal, Nashareth, [[4]] mi cuerpo se ha desarrollado entre los muslos protectores y los benefactores brazos de nuestra soberana y madre. Yo conozco sus formas más íntimas, no ignoro su aroma oculto. Mis ojos fijos en sus pies finos y delicados, pasé mi infancia en la sombra de su vestido y la dulzura de sus largas piernas cubiertas con una pomada que sólo la luz brillante puede iluminar. Con la mirada digna y la cabeza alta, Aset a menudo tocaba mi cuerpo con la punta de los dedos de sus pies y respondía a mi mirada con una sonrisa profunda iluminada por sus ojos apasionados de color verde transparente. En los pantanos, en Ta-Meh (el país del Norte), los grandes árboles se balanceaban con el viento por encima de su rostro divino. En el corazón de Nashareth, eran las gasas de seda ahumadas, batidas por grandes ventiladores de madera y plumas de avestruz, las que encunaban mi mirada. Mi atención se pierde a menudo en el modo de esos ballets aéreos.
Vi a los grandes dignatarios de este mundo cegados ante la elegante majestuosidad de nuestra señora. Todos están fascinados por su belleza externa sin precedentes, pero son incapaces de apreciar su brillo interior. Encunado contra sus muslos, pude observar la soledad de nuestra Santa Madre. Su vida afectiva es como un desierto estéril. Su abstinencia prolongada es el retrato de su amor por su amado Asar (Osiris), y ella está segura de que estoy viviendo su reencarnación. Desde muy temprana edad, me he acostumbrado a proporcionarle masajes en los pies. Debo admitir haber tenido la satisfacción de procurar sensaciones sorprendentes arrebatando suspiros, siendo estos instantes de placer los únicos que ella parece haber recibido desde mi nacimiento. Cuando se cansa de las grandes plataformas y de los asientos estrechos desde los cuales dirige nuestra Ta-Merit ("querida tierra": Egipto), Aset pasa largas horas en su piscina, en el sofocante y fragante vapor. Si ella no está en su trono o su piscina circular, estamos seguros de encontrarla en uno de sus jardines llenos de varias especies de plantas, situado en el corazón del segundo nivel de Nashareth, la ciudad eterna de los antiguos guerreros de la Fuente. Un ejército de Sandan (horticultrices) regresa en silencio con pasos ligeros y gráciles. Todas me conocen y me pellizcan la mejilla con cariño, porque es aquí, en el corazón de las cuevas y las galerías, que me pasé la mayor parte del tiempo.
En el pasado, pocos son los temerarios que se aventuraron a entrar en el lecho real de nuestra Soberana. Desde una mirada juguetona y algo entusiasta, Aset ha visto mis intentos de expulsarlos audazmente con el uso combinado de mucha de mi imaginación. Debo confesar, Uatch (Ugur), que he temido que monopolizaran la atención de Aset y que ella se alejara de mí. Esto es probablemente lo que sucedió, ya que en torno a la edad de seis años, mi progenitora a menudo me dejó al cuidado de mi segunda madre, la secreta y astuta Nebet-Hut (Neftis-lnanna). Nebet-Hut es la nieta de mi rival y tío Setes (Seth-Enlil). Tiene la misma piel lechosa que sus antepasados ​​paternos. Yo soy como ellos, todos somos de origen Babbar (albinos). Aset, mi divina madre, me dio a luz de esta manera, sin duda para que lleve una fisonomía próxima a la de nuestros Nungal Shemsu (siguientes) y Urshu (observadores). Sin embargo, mi fisonomía es más Kingu; probablemente ella ha combinado la mayoría de los elementos genéticos Babbar (albinos) con la semilla de Asar (Osiris)... Fui visto en Tierra Santa como el hijo de Ra (luz). El color de mi piel es el de la claridad, pero el fondo de mi Ba (alma) contiene la llama divina y las sombras de la noche. Hoy me siento preparado para recuperar todos los territorios que mi tío rival nos ha robado, y para liberar a los esclavos de la opresión instaurada por los discípulos de las tinieblas.
Nebet-Hut (Neftis) me cuidó secretamente de los cuatro a los siete años. También me enseñó a usar las armas para hacer de mí el más grande guerrero que Uras (Tierra) haya visto. Nebet-Hut tiene un papel importante en la corte de nuestra soberana: es su asesora y todavía tiene dominios significativos en países enemigos. Nebet-Hut y Meri (la muy amada) son consideradas como hermanas gemelas. Nunca lo he hablado con mi madre, pero creo que esto se debe al hecho de que su apariencia es inquietantemente similar, aunque mi madre es más Amasutum, y mi tía más Kingu. Es un misterio para mí y probablemente para todo el pueblo de luz. Sus diferencias se basan en la extensión natural del rostro de mi madre, en el maquillaje usado por Nebet-Hut, en sus peinados y en el color de su piel.
Durante estos tres años, nuestra divina Matriarca condujo nuestra sagrada patria con mano de hierro y fue capaz de frustrar muchas trampas establecidas por el hijo de la oscuridad. Setes (Seth-Enlil) sin embargo gano poder e invadió varias áreas en el sur de Ta-Merit (tierra amada). El dispone ahora de varios territorios en Sti (Nubia). Setes siempre sospecha de Bun'd (Punt) y sus riquezas, pero los ejércitos de Ra custodian la región.
Las diversas funciones y actividades de mi Santa Madre no deben preocupar o incluso tocar a un niño como yo, pero este no era el caso. Sospecho que Aset, la gran esposa real, en ocasiones ha intentado mezclar su cuerpo con el de los extranjeros o de dejarse tentar por algunos finos oradores corruptos. Mi madre contiene la Fuerza Omnipotente que se transmite sexualmente. Sé todo esto gracias a ti, Uatch. Tener relaciones sexuales con un mortal o un hombre "común" supone una gran responsabilidad, el de transformar a este último en una deidad de prestigio amenazante e incontrolable.
Cuando me encontraba con mi madre de vez en cuando durante esos tres largos años de ausencia, sus ojos eran tan vacíos y amargos como cuando me había dejado. Su tristeza interior siempre me afecto profundamente. ¿Tal vez ella no lo sabe? Sólo la percepción de mi mirada y mi presencia a su lado parece haberla tranquilizado y reconfortado. Ella trataba de alejarse de mí para romper esta inevitable atracción que nos une entre nosotros mismos, ¿para qué confronte otros fines y personas?
Nebet-Hut (Neftis) no sólo me dio el pecho en secreto durante esos tres años en los que mi madre se había alejado de mí. Ella también me introdujo en el acto amoroso y me prodigó de su esencia de vida en la terraza sombreada y perfumada de sus apartamentos en Nashareth. Allí, entre sus muebles con incrustaciones de nácar y su misterioso cofre de ébano, asistí al torbellino de vestidos de seda suave que ella vestía para la ocasión, insinuando las finas formas de su cuerpo. Por lo tanto, ella me aportó una fuerza turbulenta indefinible que me volvió agresivo y desconfiado de todo. Aset le llamó la atención y la relación de cuidado entre mis dos madres esta ahora súbitamente rota.
Dado que ella es mi progenitora, la soberana del País de la Luz, se hizo responsable de mi educación. Aset me hizo ingerir innumerables infusiones de hierbas para desencantarme, sin especificar bajo qué tipo de hechizo en cuestión estaba. Estoy sorprendido por sus remedios. Uno de ellos parece hacerme perder momentáneamente la memoria. Con frecuencia me despierto en sus brazos, mientras que nuestra soberana tiernamente me mece como un niño. Sus ojos se humedecen a menudo. Como si su mirada me da la vida, Aset parece esperar y observarme en silencio antes de considerar encontrar alguna solución llegado el caso. No creo que lo necesite. Yo soy parcialmente Kingu. A diferencia de mi padre, tengo sangre real Gina'abul, que se burla de la esencia de la vida.
Una antigua creencia, hecha por los más sabios que nos rodean, afirman que mi madre y yo somos una M'nen-Ba (misma esencia: almas gemelas). Aset nunca expresa nada sobre este punto, pero la mirada que lleva puesta en mi persona revela plenamente sus sentimientos y convicción disimulada. Del mismo modo, la Mer (pirámide) brillante que había construido sobre Nashareth está a la altura del fuego que ella manifiesta por Sa'am (el asesinado). La Gran Soberana habría hecho el más hermoso acto de amor mediante la construcción de esta montaña, esta pirámide de piedras, con la intención de resucitarme dentro de ella. Ese es el corazón de este edificio que desafía la razón de la gente humana, que yo he tomado nacimiento.
A poca distancia de la Santa Mer (Pirámide) se destaca Sesep Anki (la Esfinge), [[5]] la majestuosa imagen de nuestra divina madre, protectora del País de la Luz y del sitio sagrado. Su mirada defensora apunta hacia el nuevo horizonte del Este, a la tierra de nuestros enemigos. Ellos llaman a nuestra Sesep Anki "Âbzaza" ("la vaca que hace mucho ruido") [[6]].
Uras (la Tierra) se volcó sobre sí misma luego de la destrucción de Mulge (estrella negra) - la colina primordial de los bienaventurados -, justo después de la muerte de nuestro fundador Sa'am (el asesinado). Sus puntos cardinales se invirtieron como consecuencia del paso del Benu (Fénix) celestial, el nuevo sol que también llamamos Arit-kheru ("el ojo del sonido''). Los seres humanos, los soberanos del país enemigo, los Neteru (dioses), todos temen su regreso y sus efectos devastadores. Su primer paso produjo numerosas víctimas. La catástrofe fue considerada como el castigo de nuestra divina madre contra la raza humana y nuestros adversarios [[7]14].
Han pasado casi siete u ocho años que ya no dispongo de la esencia de vida de mi segunda madre. Nebet-Hut se ha reconciliado de nuevo con Aset, pero su relación permanece complicada. Sólo el prestigio y los poderes comunes son los que las une verdaderamente. Es una alianza forzada, un acuerdo necesario, cuyo único propósito es pretender frustrar las maniobras de nuestros enemigos. Por otra parte, Nebet-Hut es la guardiana de la herencia que me dejó Asar (Osiris) para Kalam (Sumeria), en la época en que le fue dado el nombre de Enki. Yo no deseo recuperar estas regiones, ellas también tienen un sabor amargo. Parece ser que los cultos que se practican en ella son un reflejo de la devoción que todavía se manifiesta sobre el gran Sa'am (el asesinado), el hijo del agua.
En breve voy a introducirme en ti, Uatch (Ugur) y ver todo lo que contienes. A pesar del peso que pesaba sobre mi madre, Aset te sostuvo como su cetro brillante y te ha prodigado la mejor atención. Ella reveló que ha introducido en su corazón las últimas entradas de Sa'am (el asesinado), las que se habían colocado en otros sustratos minerales antes de su caída. No estoy seguro de que pueda valorar en su justa medida lo que voy a encontrar. ¿Yo realmente apreciaré estos documentos? No estoy tan convencido de ello...
[Imagen 6]. Sello de arcilla asirio con un soberano, o un noble, vigorizado por un elixir de vida ("esencia de vida") proporcionado por una mujer mayor que sostiene el preciado líquido en un recipiente en forma de luna. Hemos visto en los dos volúmenes anteriores de las Crónicas como la luna simboliza a menudo ciclos menstruales. Incluso si el tema ha sido tratado ampliamente, usted encontrará la información sobre este tema en la 3ra parte de este libro.
[Imagen 7]. El aspecto original de la Esfinge de Giza ha derramado mucha tinta, porque su cabeza es demasiado pequeña para su cuerpo, lo que induciría una reciente remodelación de la cara. El investigador John Anthony West demostró que la erosión significativa de Shesep Ankh (Esfinge) se debe a las lluvias que marcaron períodos de lluvias muy largos (10.000 a 7.000 antes de Cristo.) así como el de Nabtan (de unos 7000 a 4000 años antes de Cristo.) La erosión de la Gran Pirámide no es visible, ya que sus cuatro caras hoy en día ya no tienen su revestimiento de piedra caliza.





[1] El término egipcio Uatch incluye las siguientes definiciones: "cetro de Isis" y "el arma que Horus utilizará contra los enemigos de Osiris." Su homófono Uatch también expresa una piedra verde o una esmeralda, si uno se refiere a la pág. 150 del diccionario jeroglífico egipcio de Wallis Budge.
[2] Hace varios miles de años, mucho antes del período pre-dinástico (5000 a 3185 antes de Cristo). Todo el norte de Egipto estaba bajo agua, debido a las fuertes lluvias y el desbordamiento del Nilo y el mar.
[3] Este es, obviamente, el planeta Venus. Como nos enteramos en el volumen anterior de las Crónicas y en El Testamento de la Virgen, la Benu egipcia (el Fénix) es el ave que simboliza la reencarnación y que se identifica con el alma de los muertos ya que se levanta de entre las cenizas. En Benu figura la Estrella de la Tarde, la estrella que cae sobre la Tierra como un sol negro, y sin duda es Lucifer en las tradiciones judeo-cristianas. Asimismo, es claramente el ave Bah que evoca distintivamente al planeta Venus, y también las inundaciones, las que ha causado en el pasado durante su pasaje cataclismo. La descomposición sumeria del terminó egipcio Benu nos da BE-NU11, "el de la luz o el fuego", que refuerza su asimilación con Lucifer, cuyo verdadero significado es "el portador de la luz". Recordemos que al planeta Venus se lo llama Noga en hebreo, o NU11 -GA6, litt. "dar luz" o "llevar el fuego" en sumerio...
[4]Recordatorio del Testamento de la Virgen: Nasha-Reth, "los seres fuertes del Duat del ojo solar (Ra)". La red subterránea se llama "Duat" o "Gigal", y su capital bajo la meseta de Giza, "Nashareth".
[5]Lo que encontramos en la Shesep Ankh egipcia, que es el nombre de la Esfinge de Giza y la definición egipcia que da "imagen viviente". Vamos a ver uno de los mayores secretos de la egiptología, que se relaciona con la naturaleza original de la Esfinge en la meseta de Giza. Este es un término de origen sumerio que se descompone en SÉS ("llorando", "lamentarse") EP ( o IB = URAS, "la diosa primordial" o "la Tierra") y AN-KI ("El cielo y la Tierra" o "Universo"). Esto nos da SÉS-EP-AN-KI, "la Diosa (Primordial) del Cielo y de la Tierra que se lamenta". No puede ser otra que la diosa Isis! Más recientemente, la Esfinge ha llevado el nombre de Herakhti, "Horus del horizonte", perfecta manifestación del nacimiento del dios sol, la del rey que reemplaza las funciones de su madre divina.
[6] AB-ZA ZA significa "Esfinge" en sumerio. Su estricta descomposición expresa una "vaca que hace mucho ruido". Esto es consistente con la mitología egipcia que asimila a Isis como Hathor-Shekmet (ver nota siguiente).
[7] Esta es una asimilación de Isis-Hathor diosa con cabeza de león Sekhmet, "la poderosa", guardiana de los secretos de las profundidades del Duat, su sede oculta debajo de la meseta de Giza. Sekhmet es considerada como una diosa devastadora responsable de varios flagelos importantes. Este lado agresivo y combativo de Isis está relacionado con el gran diluvio planteado al final del Volumen 2 (alrededor de 10.000 antes de Cristo.), el tiempo de la muerte de Enki-Osiris, y la inundación más reciente que se discutirá más adelante en esta serie, en conexión con Heriu-Renpet ("cinco días durante el año" = 5 días conocidos como epagomenales en el calendario solar Egipcio ) en el que, precisamente, la imagen de "Sekhmet" aterrorizará al mundo y se moverá el calendario de 360 a 365 días... Su hijo es Nefertum, el niño solar, hijo de Ptah, es decir el primordial Enki-Osiris (véase la nota 36 del Volumen 2). Nefertum es justamente el sol naciente Horus de la mitología egipcia. Su origen se encuentra en el delta del Nilo. Como un dios que trae la luz (Lucifer), que se opone al aspecto oscuro de Setes (Seth-Enlil). En su calidad de "justiciero" y de hijo que "engulle a sus enemigos", tiene una apariencia guerrera. Nefertum-Horus posee igualmente un aspecto "crístico" (sic) como el "salvador de almas pecadoras" y "maestro de los alimentos". Una tradición crece como el loto sagrado en el cuerpo de una campaña de la diosa justamente asimilada a Isis.

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